Las autoridades el domingo intentaban descubrir el motivo del ataque contra una sinagoga en San Diego el día anterior, en que una persona murió y otras tres resultaron heridas.
El rabino que dirigía el servicio religioso, en el último día de la Pascua judía, recibió un disparo en las manos y otras dos personas sufrieron heridas por metralla.
Líderes civiles, políticos y religiosos de todo Estados Unidos trataban de asimilar otro ataque mortal contra un templo, seis meses después del tiroteo masivo en una sinagoga de Pittsburgh.
John T. Earnest, de 19 años, se entregó a la policía tras irrumpir en la sinagoga Chabad de Poway, al norte de San Diego, y abrir fuego contra el centenar de personas que había dentro, según las autoridades. Los disparos mataron a Lori Kayne, de 60 años, e hirieron al rabino Yisroel Goldstein, Noya Dahan, de 8 años; y Almog Peretz, de 34 años.
Goldstein recordó el domingo el momento en que el agresor le apuntó con un arma. El rabino dijo durante una entrevista telefónica con el programa de la televisión “Today” que estaba en medio de su sermón el sábado cuando escuchó ruidos fuertes y estuvo “cara a cara con este asesino, este terrorista”.
Dice que levantó las manos para protegerse y perdió uno de sus dedos al momento del disparo.
Otros sobrevivientes narraron sus experiencias.
Shimon Abitbul estaba en la sinagoga con su yerno y nieto pequeño de 2 años. Relató que cuando estallaron los disparos, empujó al pequeño contra el piso para protegerlo. Luego fue ayudar a una mujer baleada en el pecho, pero luego se enteró que ella, Lori Kaye, había fallecido.
El esposo de Kaye, que es médico, se desmayó cuando corrió a ayudar a una persona baleada y se dio cuenta de que era su propia esposa, dijo una amiga de la fallecida, Roneet Lev, al diario Los Angeles Times.
El domingo frente a la sinagoga, abundaban las flores y otros objetos de respeto, colocados por allí por miembros de la comunidad, en señal de solidaridad con la congregación atacada.
El alcalde de Poway, Steve Vaus, el domingo se reunió con miembros de la comunidad para expresarles su solidaridad.
El sospechoso, que no había tenido contacto previo con la policía, será acusado de crimen de odio además de homicidio, indicó el jefe de policía del condado, William Gore.
También se investiga a Earnest por un ataque incendiario contra una mezquita en la cercana localidad de Escondido, California, el pasado 24 de marzo.
“Cada vez que alguien entra en un lugar de culto y dispara a los fieles, para mí, eso es un crimen de odio”, dijo el alcalde de Poway Steve Vaus.
Había indicios de que el arma de asalto que llevaba el agresor podría haber fallado después de que el atacante hiciera varios disparos en el lugar, dijo Gore. Un agente de la Patrulla Fronteriza que estaba fuera de servicio, trabajando como guardia de seguridad, disparó al agresor cuando huía y aunque no acertó, sí alcanzó su vehículo, explicó Gore.
Poco después de huir, Earnest llamó a emergencias para reportar el tiroteo, dijo el jefe de policía de San Diego, David Nisleit. Cuando un agente se puso a su altura en una carretera, “el sospechoso se paró a un lado, salió de su auto con las manos en alto y fue detenido de inmediato”, dijo Nisleit.
Audrey Jacobs, amiga de la mujer fallecida, escribió en Facebook que Kane había “parado balas” que iban dirigidas al rabino para salvarle la vida, y que el religioso continuó con su sermón tras ser baleado.
Las autoridades estudiaban las publicaciones del detenido en medios sociales, incluido lo que parecía un “manifiesto”, dijo Gore.
Una persona que se identificó como John Earnest escribió una larga diatriba contra los judíos una hora antes del ataque. El autor se identificaba como un estudiante de enfermería y elogió a los atacantes contra mezquitas de Nueva Zelanda el mes pasado y una sinagoga de Pittsburgh el 27 de octubre.
La Universidad del Estado de California, campus de San Marcos confirmó que Earnest estaba en las listas de estudiantes y señaló que el centro estaba “conmocionado y consternado” de que fuera un sospechoso en “este acto despreciable”.
Aunque no había ninguna amenaza identificada tras la detención del sospechoso, las autoridadesaumentaron las patrullas en lugares de culto como precaución, según la policía.-AP