El exlíder del cártel Los Cachiros tomó el asiento de los testigos el miércoles en un juicio en Nueva York sobre narcotráfico que está salpicando al presidente de Honduras.
Devis Leonel Rivera Maradiaga, en uniforme de preso amarillo y con los tobillos encadenados, relató su historia de tráfico de cocaína, violencia y lavado de dinero en Honduras en el juicio a un supuesto narcotraficante llamado Geovanny Fuentes-Ramírez.
Los fiscales estadounidenses han mencionado al presidente de Honduras varias veces en el juicio y han asegurado que aceptó sobornos a cambio de permitir el tráfico de drogas en su país.
Rivera Maradiaga ha testificado en el pasado en otros juicios e implicado ya al presidente Juan Orlando Hernández en el narcotráfico.
El exlíder de Los Cachiros ha admitido estar involucrado en el asesinato de 78 personas y el miércoles dijo que intentó matar a Fuentes-Ramirez, con quien traficó drogas entre 2011 y 2013.
″¿Por qué intentó matarlo?”, le preguntó el fiscal Michael Lockard. “Porque el acusado y su socio querían matarme a mí y a mi hermano”, respondió Rivera Maradiaga refiriéndose a su hermano Javier Rivera Maradiaga, también exlíder del cártel.
Rivera Maradiaga empezó a trabajar en 2013 para la agencia antidrogas estadounidense DEA y en 2015 se entregó a las autoridades estadounidenses. Desde entonces ha abierto una ventana al mundo del narcotráfico en Honduras, ofreciendo nombres de altos funcionarios, militares y policías corruptos que trabajaban mano a mano con los traficantes.
El exnarco testificó el miércoles que traficó más de 100 toneladas de cocaína antes de colaborar con la DEA.
El juicio arrancó el lunes en la corte del distrito sur de Nueva York. Fuentes-Ramírez, arrestado en marzo de 2020 en Florida, enfrenta cargos de tráfico de drogas y posesión de armas.
La víspera los fiscales estadounidenses dijeron que un contador presenció reuniones entre el mandatario hondureño y Fuentes-Ramírez en las que se planeaba el tráfico de cocaína a Estados Unidos. Pero un abogado defensor de Fuentes-Ramírez desacreditó la credibilidad del contador diciendo que el gobierno estadounidense lo beneficiará aprobando su solicitud de asilo a cambio de su testimonio.
Desde hace unos dos años fiscales estadounidenses y traficantes ya presos han acusado al mandatario Hernández de recibir fondos de narcos para financiar sus campañas electorales y comprar los votos de diputados para lograr ser presidente del Congreso y más adelante del país.
En las últimas acusaciones de cara al juicio, los fiscales dijeron que el mandatario aceptó sobornos de Fuentes-Ramírez a cambio de proteger su laboratorio de cocaína y que además accedió a que las fuerzas armadas ayudaran al traficante a transportar la droga.
Hernández ha negado las acusaciones de forma repetida y ha dicho que se basan en mentiras hechas por narcos que buscan vengarse de él y reducir sus sentencias en Estados Unidos.
“Cómo creer testimonios falsos que yo hacía tratos con los narcos, cuando es hecho comprobado que Los Cachiros buscaron un trato con USA por lo imposible de los criminales de hacer un trato conmigo. Van a morir en una cárcel extranjera”, publicó Hernández el miércoles en su cuenta oficial de Twitter.
El primer testigo del juicio fue el agente de la DEA Brian Fairbanks, a quien los fiscales le preguntaron sobre el contenido encontrado en el celular de Fuentes-Ramírez, quien tenía entre sus contactos al presidente Hernández.
Fairbanks admitió, sin embargo, que no encontró registros de llamadas o mensajes de texto entre Fuentes-Ramírez y el mandatario.
Fairbanks, quien arrestó a Fuentes-Ramírez, también explicó fotografías en las que se ve al presidente posando sonriente junto a un hermano de Fuentes-Ramírez. El mandatario también posó con hijos de Fuentes-Ramírez cuando eran pequeños. Los fiscales también mostraron listados con nombres grabados en el celular del acusado que incluían a políticos, policías y altos mandos del ejército.-AP