A cuatro meses del caso Koriun, afectados denuncian abandono y exigen respuestas

Han pasado ya cuatro meses desde que estalló el escándalo financiero de Koriun Inversiones, y para miles de hondureños que confiaron sus ahorros en esta empresa, la desesperación va en aumento. Lo que inició como una promesa de prosperidad, terminó siendo uno de los fraudes más grandes registrados en la historia reciente del país.

Los afectados aseguran que el caso ha quedado prácticamente paralizado, sin avances visibles en las investigaciones y con un silencio creciente por parte de las autoridades. “Nos sentimos abandonados. Solo hubo promesas y anuncios iniciales, pero ahora nadie da la cara”, denunció uno de los representantes del grupo de inversionistas perjudicados.

Aunque las protestas en carreteras se han detenido temporalmente, los afectados no descartan retomar las acciones de presión si en los próximos días no reciben respuestas claras del Ministerio Público ni del gobierno central.

En febrero, el Ministerio Público confirmó que Koriun operaba bajo un esquema Ponzi, utilizando el dinero de nuevos inversionistas para pagar supuestas ganancias a los antiguos, sin que existiera una actividad económica real que respaldara los fondos. Miles de personas, muchas de ellas jubiladas o trabajadoras por cuenta propia, entregaron sus ahorros confiando en promesas de rentabilidad.

Pese a que el MP ha asegurado públicamente que el proceso investigativo sigue en curso, los denunciantes aseguran que no hay indicios de avances reales ni información sobre los responsables o el destino del dinero captado.

Más allá del golpe financiero, el impacto emocional ha sido devastador. Muchas familias se encuentran ahora en situación de crisis, con deudas acumuladas, pérdida de viviendas y una incertidumbre total sobre su futuro. “Hay personas que han enfermado por la angustia. No fue solo dinero lo que perdimos, fue nuestra estabilidad, nuestra paz”, expresó una mujer afectada.

El caso Koriun, que habría operado durante al menos siete años en el país, sigue siendo una herida abierta para quienes confiaron en la supuesta empresa de inversiones. Los afectados han advertido que, de no obtener respuestas concretas pronto, volverán a las calles. “Nos dejaron solos. Si no nos escuchan, nos van a ver protestando otra vez”, advirtieron.

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