En medio de un contexto cada vez más hostil para la comunidad migrante en Estados Unidos, la directora de la organización Familias Unidas, Leticia Casildo, lanzó un fuerte reclamo al gobierno de Honduras por la falta de protección real hacia sus ciudadanos en el exterior, y especialmente por el papel de sus consulados, a los que acusa de actuar más como amenazas que como refugios.
“Los consulados hondureños hoy representan un riesgo para los migrantes. Es paradójico que el de New Orleans esté ubicado en el mismo edificio donde operan las oficinas de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas). ¿Cómo puede alguien sentirse seguro allí?”, cuestionó Casildo en declaraciones recientes.
Según la activista, esta situación ha sido denunciada en múltiples ocasiones durante los últimos años, sin que se haya producido una respuesta clara del gobierno. “Enviamos cartas directamente a la presidenta Xiomara Castro, pero lo único que hemos recibido son promesas vacías”, lamentó.
Casildo advirtió que decenas de hondureños no se atreven a renovar ni a tramitar su pasaporte por temor a ser detenidos o deportados al acudir a los consulados, lo que evidencia una falla estructural en el sistema de atención consular. “No tenemos espacios seguros. Los consulados deberían ser sitios de protección, no lugares que generen más miedo”, afirmó con preocupación.
La defensora de derechos humanos también alertó sobre el creciente ambiente de criminalización hacia los migrantes en Estados Unidos, donde leyes y narrativas antiinmigrantes están intensificando el acoso y la persecución. “La gente está aterrorizada. Los están acechando, vigilando, y no tienen a dónde acudir”, denunció.
Frente a esta realidad, Casildo hizo un llamado enérgico al gobierno hondureño para que replantee el rol de su red consular en el extranjero. “No podemos seguir normalizando el abandono. Los consulados deben ofrecer protección, no más miedo. Es hora de que el Estado cumpla con su deber”, concluyó.
La denuncia se suma a las crecientes críticas que enfrenta la administración de Xiomara Castro por parte de la diáspora hondureña, que exige un enfoque más humano, activo y comprometido con las necesidades reales de quienes residen fuera del país.