El general Roosevelt Hernández, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, fue uno de los invitados especiales en la ceremonia de juramentación de Julio César Avilés como nuevo comandante en jefe del Ejército de Nicaragua. El evento tuvo lugar el pasado viernes 21 de febrero en la Plaza de la Fe, en la capital nicaragüense, con la presencia de importantes figuras políticas y militares de la región.
Avilés, quien inicia su cuarto mandato como líder del Ejército nicaragüense, fue juramentado por el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, quien ha estado en el poder desde 2007. Avilés, de 68 años, ha sido una figura polémica debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos en 2020 por supuestos actos de corrupción. Además, organizaciones de derechos humanos lo acusan de haber permitido la violencia y represión de manifestantes en 2018, en un contexto de crisis política en el país. A pesar de las sanciones internacionales, el general continuará en su puesto hasta 2031 tras una modificación en la legislación interna que extendió a seis años el mandato de los jefes militares.
La ceremonia contó con la presencia de diversas autoridades extranjeras, entre ellas, el general Roosevelt Hernández, quien asistió acompañado de su esposa. También estuvieron presentes ministros y representantes militares de varios países, como Cuba, Argelia, Venezuela, Rusia, México, El Salvador, Guatemala y la República Dominicana, lo que reflejó el carácter internacional del evento.
El presidente Ortega, quien gobernó Nicaragua en la década de 1980 y volvió al poder tras la revolución sandinista, ha sido acusado por la oposición de instaurar una «dictadura familiar» junto a su esposa Rosario Murillo. La continuidad de Avilés al frente del Ejército nicaragüense refuerza esta percepción, especialmente después de que Ortega decidiera romper con la tradición de relevo militar cada cinco años, al ampliar el mandato de Avilés a seis.
La asistencia del general Hernández a esta ceremonia ocurre en un contexto de tensiones diplomáticas para Honduras. En 2023, Hernández fue criticado por su participación en una reunión con altos mandos de las Fuerzas Armadas de Venezuela, lo que provocó una fuerte reacción de la embajadora de EE. UU. en Tegucigalpa, Laura Dogu, quien expresó su desilusión por el encuentro, sugiriendo que las Fuerzas Armadas hondureñas estaban siendo vinculadas con actores ligados al narcotráfico.
Este incidente desató una serie de reacciones dentro del gobierno hondureño, culminando con la denuncia por parte de la presidenta Xiomara Castro sobre el tratado de extradición con Estados Unidos, que según ella, estaba siendo utilizado con fines políticos. Este episodio agregó complejidad a la situación política y diplomática en el país.
La ceremonia en Nicaragua y los hechos previos relacionados con las relaciones de Honduras con Venezuela y EE. UU. reflejan las tensiones y desafíos diplomáticos que enfrentan los líderes de la región en un contexto marcado por acusaciones de corrupción, violaciones de derechos humanos y cuestionamientos sobre la independencia y transparencia en las Fuerzas Armadas.