El papa Francisco caminó en una procesión solemne del Miércoles de Ceniza entre iglesias sobre el antiguo Monte Aventino en Roma, pidiendo a la gente que recuerde con humildad sus límites humanos al comenzar el período anual de penitencia de la Cuaresma.
Francisco, con su báculo pastoral, cantó oraciones junto con otros participantes durante la caminata de pocos minutos sobre la avenida. Vestía una túnica púrpura, de acuerdo con el talante sombrío de la Cuaresma al arrancar la preparación espiritual de los católicos para el día de la Pascua, que este año será el 5 de abril.
El pontífice inclinó la cabeza para que un prelado pudiera colocarle ceniza en la frente durante la ceremonia realizada dentro de la Basílica de Santa Sabina, un templo que data del siglo V. Las cenizas simbolizan mortalidad.
Luego el papa Francisco y otros clérigos colocaron ceniza en la frente de otros creyentes, haciendo la señal de la cruz con sus dedos mientras las aplicaban.
El ritual de la ceniza fue un «recordatorio de la verdad de la existencia humana», afirmó el Papa durante su homilía. «Somos criaturas limitadas, pecadores que siempre tienen necesidad de penitencia y conversión».
Dar limosna, orar y ayunar son formas tradicionales de observar la Cuaresma. El papa Francisco alentó a jerarquía de la Iglesia, comenzando con él mismo, a ser suficientemente humildes para llorar, a fin de que su oración sea «aun más auténtica y sin hipocresía».
Se espera que las ceremonias de la Semana Santa, las cuales comienzan con el Domingo de Ramos el 29 de marzo, atraigan multitudes enormes de turistas y peregrinos a Roma y el Vaticano. Estas incluyen la procesión del Vía Crucis la tarde del Viernes Santo en el Coliseo con antorchas encendidas.