La Iglesia Católica de Honduras expresó su preocupación por el clima de desesperanza y negatividad que predomina en el país, y realizó un llamado a los políticos para que no jueguen con la dignidad de las personas de cara al proceso electoral de 2025. En una rueda de prensa realizada este jueves, el portavoz de la arquidiócesis de Tegucigalpa, Juan Ángel López, acompañado por el arzobispo José Vicente Nácher, señaló que uno de los retos más importantes para el país es recuperar la esperanza.
«En nuestro país hay mucha desesperanza y demasiada desesperación. Yo me voy a acercar como peregrino de la esperanza», comentó López, quien lamentó la situación actual de negatividad que afecta a la sociedad hondureña. Además, hizo un llamado a la unidad y la comprensión, destacando que no se debe caer en el error de dañar a otros por sus diferencias ideológicas o políticas. «No podemos ser mejores haciéndole daño a otros, juzgándolos porque no comparten nuestra misma visión o porque piensan distinto», subrayó.
El portavoz de la arquidiócesis también enfatizó que el éxito de cualquier gobierno tiene un impacto en toda la nación. En lugar de centrarse en acusaciones y enfrentamientos, López destacó que es esencial que quienes están al frente de la administración pública comprendan que las críticas constructivas no deben verse como ataques. «Cuando alguien le dice algo, no necesariamente lo está haciendo para dañar», indicó.
En el marco de la convocatoria del Jubileo o ‘Año Santo’, el papa Francisco instó a un ejercicio sano de la política y del arte de gobernar, algo que López considera esencial para el bienestar del país. “Eso lo necesitamos todos”, manifestó, resaltando que la Iglesia está a favor de los valores fundamentales como la vida, la verdad, la justicia y la libertad, sin importar la afiliación política de cada individuo.
Finalmente, López pidió a los políticos que enfrenten las elecciones internas de marzo y las generales de noviembre de 2025 con un «espíritu de solidaridad plenamente», y les instó a actuar con responsabilidad, sin poner en juego la dignidad de los hondureños. La Iglesia, subrayó, está comprometida con el bienestar de toda la población, independientemente de su orientación política.