En un contexto de creciente violencia, el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH) reportó un preocupante incremento del 33.4% en las muertes violentas de mujeres en el 2023, destacando que el país continúa siendo uno de los más peligrosos para las mujeres, incluso bajo el gobierno de la primera mujer presidenta, Xiomara Castro.
El boletín «Muerte Violenta de Mujeres y Feminicidios (MVMyF)» reveló que, durante el año pasado, 411 mujeres fueron asesinadas en Honduras, con un alarmante aumento en las cifras con respecto al año 2022. Este aumento refleja una crisis de violencia de género que sigue sin resolverse, pese a los esfuerzos del gobierno en otras áreas.
Según el informe, las muertes de mujeres se produjeron de diversas formas, destacando los homicidios con un total de 411 casos, seguido de suicidios, accidentes no intencionales y muertes por tránsito. Lo más grave es que más de la mitad de los homicidios de mujeres fueron clasificados como feminicidios, es decir, asesinatos motivados por razones de género.
El 2023 también vio un incremento alarmante en los feminicidios relacionados con la delincuencia organizada. Más del 38% de las víctimas fueron asesinadas en el contexto de ajustes de cuentas y sicariato, mostrando la complejidad de la violencia que enfrentan las mujeres en el país, donde las maras y pandillas juegan un papel fundamental.
Un dato especialmente preocupante fue el aumento de feminicidios por violencia sexual, que creció un 100% en comparación con el año anterior, afectando principalmente a niñas y adolescentes. Estos datos reflejan una situación de extrema vulnerabilidad para las mujeres hondureñas, que enfrentan no solo la violencia física, sino también la impunidad de los agresores.
La mayor incidencia de feminicidios se concentró en los departamentos de Francisco Morazán, Cortés y Olancho, con un fuerte repunte en el Distrito Central y San Pedro Sula, que registraron los números más altos de muertes violentas de mujeres. En cuanto a la modalidad de los crímenes, el uso de armas de fuego sigue siendo la principal herramienta de los agresores.
A pesar de estos alarmantes informes, las medidas de seguridad y la implementación de políticas públicas eficaces siguen siendo insuficientes para frenar esta ola de violencia que afecta principalmente a mujeres jóvenes y en situación de vulnerabilidad.
Este escenario se presenta en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el 25 de noviembre, una fecha en la que se lamenta la incapacidad del gobierno de Xiomara Castro para garantizar la seguridad y el bienestar de las mujeres hondureñas. En un país donde las mujeres siguen siendo víctimas de feminicidios y violencia, es urgente que el gobierno implemente estrategias efectivas para prevenir estos crímenes y brindar protección real a las víctimas.
Es imperativo que la administración actual tome medidas decisivas para frenar la violencia de género, y no permita que más mujeres sigan perdiendo la vida de manera injusta. La falta de respuesta adecuada ante esta crisis no solo pone en peligro a las mujeres, sino que también cuestiona el compromiso de la presidenta Castro con la seguridad y derechos de las hondureñas.