La semana de Alto Nivel de la Asamblea General de Naciones Unidas comienza mañana en Nueva York, con la presencia de líderes de todo el mundo. Sin embargo, entre las ausencias más destacadas se encuentran los presidentes Xi Jinping de China, Vladímir Putin de Rusia y Nicolás Maduro de Venezuela, lo que pone en evidencia la desconexión de algunos gobiernos autoproclamados de izquierda y socialista, como el de Honduras, presidido por Xiomara Castro.
A pesar de que la presidenta Castro ya se encuentra en Nueva York acompañada de una numerosa comitiva, incluyendo a familiares, su participación contrasta con la falta de presencia de sus homólogos de países que han defendido posturas similares. Xi, Putin y Maduro han dejado que sus ministros de Relaciones Exteriores representen a sus países en la Asamblea, mostrando una preferencia por eludir el escrutinio internacional.
La situación de Putin es particularmente notable, ya que enfrenta una orden de arresto internacional que limita su capacidad de viajar, mientras que Maduro ha sido objeto de un amplio rechazo internacional tras las controvertidas elecciones de julio pasado. La inasistencia de estos líderes plantea preguntas sobre la legitimidad de sus gobiernos y su compromiso con el diálogo global.
En este contexto, la decisión de Castro de asistir a la Asamblea General, mientras países con líderes que comparten su ideología optan por no hacerlo, puede interpretarse como un intento de consolidar su imagen internacional, a pesar de la creciente crítica a su gestión en Honduras. La participación de su familia en la comitiva también ha suscitado cuestionamientos sobre el uso de recursos públicos y el enfoque del gobierno en temas prioritarios.
Además, se encuentra en el aire la participación del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, cuya presencia ha sido muy esperada debido a la escalada del conflicto en Gaza y el sur del Líbano. Esta realidad contrasta con el enfoque que el gobierno de Castro ha adoptado hacia conflictos internacionales, lo que pone de relieve una posible falta de coherencia en la política exterior hondureña.
En resumen, la ausencia de líderes como Xi, Putin y Maduro en la ONU pone en evidencia la falta de seriedad en la autoproclamada lucha de izquierda y socialista del gobierno de Honduras, mientras Castro intenta presentar una imagen de compromiso en un foro que, irónicamente, sus colegas evitan.