En una clara violación de las leyes nacionales, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, continúa haciendo campaña política a favor de Rixi Moncada, contraviniendo las normativas que prohíben el uso del cargo presidencial para apoyar candidaturas. Esta conducta, observada nuevamente en una reciente comparecencia pública, sigue planteando serias preocupaciones sobre el respeto a la legalidad y la imparcialidad en el proceso electoral.
Durante su intervención, Castro expresó sin ambages su respaldo a Moncada, afirmando que “tenemos confianza que será otra mujer electa por el pueblo para continuar con nuestro proyecto político”. Este comentario no solo constituye un apoyo explícito a Moncada, candidata del partido Libertad y Refundación (Libre), sino que también se configura como un abuso del poder presidencial para influir en las elecciones.
Según las leyes hondureñas, los funcionarios públicos tienen prohibido utilizar su posición para promover candidatos durante el periodo electoral con el fin de garantizar la equidad en el proceso. La intervención de la presidenta en favor de Moncada es una infracción directa de estas regulaciones, subrayando un preocupante desprecio por la legalidad electoral.