El Congreso Nacional de Honduras fue escenario de una protesta sin precedentes liderada por los diputados del Partido Nacional, quienes llevaron a cabo una insurrección legislativa en respuesta a la falta de inclusión del presupuesto del Consejo Nacional Electoral (CNE) en la agenda del día.
El conflicto estalló al inicio de la sesión legislativa, cuando los diputados nacionalistas abandonaron sus asientos y se agruparon frente a la junta directiva del Parlamento. Armados con pitos y rodeados de manifestantes, hicieron ruido en una clara señal de descontento. La protesta también se dirigió hacia los miembros de la junta directiva, con el fin de presionar para que se incluya en la agenda la discusión sobre el presupuesto del CNE.
Nelson Márquez, subjefe de la bancada nacionalista, expresó su frustración al acusar al Partido Libertad y Refundación (LIBRE) de intentar bloquear la aprobación del presupuesto. Según Márquez, el presupuesto ha estado en manos de la Secretaría de Finanzas desde mayo, y acusó a LIBRE de ocultar razones para su falta de acción. “Parece que tienen algunas cuestiones ocultas desde el Partido Libertad y Refundación, solo ellos no quieren que se apruebe el presupuesto del próximo año”, afirmó Márquez a los medios.
En respuesta, el jefe de la bancada liberal, Mario Segura, indicó que, después de reunirse con el presidente del Congreso, Luis Redondo, se estableció que el jueves será el día límite para la aprobación del presupuesto del CNE. Segura añadió que se espera que la Secretaría de Finanzas remita hoy al Congreso Nacional el dictamen favorable correspondiente.
El tumulto generado por los diputados opositores llevó al presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, a suspender la sesión legislativa para controlar la situación. La interrupción de las actividades legislativas refleja la creciente tensión en el Congreso, mientras los partidos políticos se enfrentan en torno a la aprobación del presupuesto electoral crucial para el próximo año.
La crisis en el Congreso subraya la tensión política en el país y la creciente presión sobre las instituciones legislativas para resolver temas clave que afectan la administración electoral y el funcionamiento del sistema democrático en Honduras.