La presidenta Xiomara Castro, a nombre del Estado de Honduras, pidió «perdón» este jueves a la familia de Pedro Magdiel Muñoz, una de las víctimas mortales del golpe de Estado del 28 de junio de 2009 contra el entonces mandatario del país, Manuel Zelaya.
«En mi condición de presidenta de la República y representante del pueblo, pido perdón en nombre del Estado de Honduras a los familiares de Pedro Magdiel», dijo Castro en un discurso en el sector de Alauca, departamento de El Paraíso (este) donde el joven Muñoz fue asesinado el 24 de julio de 2009 y hallado un día después.
La mandataria subrayó que el tiempo que «ha sufrido y seguirá sufriendo» la familia de Muñoz, «por su pérdida dolorosa», es un daño irreparable, y que «la incesante búsqueda de justicia de parte nuestra no termina aquí».
«El Estado tiene la obligación de proteger y garantizar la vida y la seguridad del pueblo hondureño, así como garantizar la reparación. Que este reconocimiento público de la responsabilidad internacional de mi gobierno socialista democrático sea el inicio para recuperar la memoria, difundir la verdad, buscar justicia y lograr la reparación de las graves violaciones que cometieron los golpistas contra los derechos del pueblo hondureño», añadió.
Castro fue acompañada por el presidente del Parlamento, Luis Redondo; los secretarios de Relaciones Exteriores, Eduardo Enrique Reina; Derechos Humanos, Angélica Álvarez, y Seguridad, Gustavo Sánchez; el Procurador General de la República, Manuel Antonio Díaz, y familiares de Pedro Magdiel Muñoz, entre otros invitados al solemne evento, donde fue levantado un monumento en honor al joven asesinado.
También le acompañó la coordinadora del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh), Bertha Oliva.
Sin poder evitar el llanto al inicio, la presidenta dijo que recordar los hechos violentos registrados en el marco del golpe de Estado a su esposo, Manuel Zelaya, «es de alguna forma volver a vivirlos», porque «son situaciones de mucho dolor en nuestras vidas que nos dejan marcados para siempre».
Añadió que el golpe de Estado fue una tragedia para Honduras «de las más oscuras» en su historia, porque rompió el orden constitucional contra el pueblo y el gobierno de Zelaya, «arrastrando al país a la más grave crisis política y social del siglo XXI».
Castro también recordó que un Informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señala que Pedro Magdiel Muñoz «fue detenido públicamente sin justificación por miembros de las fuerzas policiales de Honduras, siendo encontrado el 25 de julio (de 2009) sin vida».
El cuerpo de Muñoz, que presentaba múltiples heridas, fue hallado en un desvio hacia Alauca, cerca de la frontera con Nicaragua, por donde Zelaya pretendía regresar a su país, desde Nicaragua, acompañado entonces por el ahora presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien era canciller de ese país.
Las fuerzas de seguridad desplegadas por el régimen de facto que encabezó Roberto Michelleti, le impidieron a Zelaya a ingresar a Honduras.
«Era la mano criminal de las élites económicas que financiaron el golpe, las estructuras políticas homicidas de las cúpulas de los partidos tradicionales que controlaban Honduras durante aquellos terribles momentos que estremecieron al mundo», recalcó la presidenta hondureña.
A pesar de esa represión, de esos asesinatos, de esas flagrantes violaciones a los derechos humanos de las campañas mediáticas, de las falsedades y de los doce años y siete meses de perseguirnos, jamás pudieron silenciarnos», agregó.
Castro, líder del partido Libertad y Refundación (Libre), surgido en 2011, y cuyo coordinador general es Manuel Zelaya, fue electa presidenta de Honduras en noviembre de 2021, rompiendo un centenario bipartidismo en el país, marcado por los ahora opositores partidos Nacional y Liberal.-EFE