El expresidente de Honduras y actual coordinador del Partido Libertad y Refundación (Libre), Manuel Zelaya, ha adoptado una postura inusualmente cautelosa tras conocer la sentencia condenatoria de 45 años de prisión dictada contra el expresidente Juan Orlando Hernández.
Contrario al discurso crítico que Zelaya y sus seguidores han sostenido en relación con Hernández, el líder político expresó: «No es mi función hacer leña del árbol caído».
Esta declaración ha suscitado diversas reacciones, considerando la histórica rivalidad entre ambos políticos.
Zelaya, quien anteriormente había sido firme en sus críticas hacia Hernández, ahora justifica su falta de contundencia argumentando: «He tenido prudencia».
Esta repentina moderación en su postura ha generado especulaciones sobre los motivos detrás de su cambio de tono.
Algunos observadores interpretan este nuevo enfoque como un signo de temor por parte de Zelaya, quien enfrenta un entorno político complejo y una dinámica judicial intensa en Honduras.