Este día, las amenazas de desalojo del alcalde de San Pedro Sula, Roberto Contreras, se hicieron realidad para los vendedores ambulantes que ofrecen sus productos en el centro de la ciudad, provocando escenas de tristeza y desesperación.
Los primeros en ser desalojados fueron una pareja de ancianos que vendían confites, galletas y jugos. Entre lágrimas, acataron las órdenes del edil sampedrano, quien previamente los había llamado «abusivos» y les había advertido que serían retirados con la intervención de militares y policías.
Este desalojo forma parte de un plan de ordenamiento de la ciudad y de recuperación de espacios públicos, según las autoridades municipales. Sin embargo, para los vendedores, significa perder su única fuente de ingresos.
Aunque se anunció que los vendedores serían reubicados, muchos expresaron su preocupación, argumentando que en otros lugares no contarían con la misma afluencia de clientes como en el centro de la ciudad.
El alcalde Contreras destacó que la situación en el centro de la ciudad es crítica, incluso impidiendo el tránsito de ambulancias debido a la presencia de lo que llamó «vendedores estacionarios», quienes ocupan esos puestos improvisados desde hace años.