¡Se cae a pedazos!, así describen los tramitadores, las oficinas de Aduanas de Honduras en la frontera Las Manos.
El deterioro es evidente, el cielo falso se cae. Las paredes están agrietadas, la humedad deja manchas; hay moho.
No resulta agradable para los extranjeros que la primera cara de Honduras sea esta edificación.
«Honduras debe tener mejores instalaciones, contar con oficinas en donde se tengan condiciones para atender a los usuarios porque prácticamente nos sentamos en la acera», dice Jacinta Velez, nicaragüense de paso por Honduras.
A esto se suma la cantidad de vehículos que están ubicados a ambos lados de la carretera. Los conductores esperan por largas horas para ser atendidos.
«Impiden el paso, a veces hay un solo carril, otras queda tapado por varios minutos y se dificulta. Deben agilizar un local con condiciones», señalan los conductores.