Especialistas han encontrado un hilo conductor entre el extravió de los equipos de espionaje en Panamá y la adquisición de aparatos con el mismo propósito en Honduras
Tegucigalpa Honduras
Redacción CHOLUSAT SUR
Un sofisticado, como sobrevalorado equipo para escuchar llamadas telefónicas adquirido durante la administración del ex presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, ha desatado un gran escándalo en ese país.
El equipo fue usado para “espionaje telefónico oficial” y su costo original que era de apenas dos millones de dólares, fue comprado por 13.5 millones a una empresa Israelí.
La tecnología fue comprada en los primeros meses del 2014 y se convirtió en una férrea red de espionaje a opositores, oficialistas, independientes y diplomáticos. Todo manejado desde la estructura de poder de Martinelli.
El ex ministro de la Presidencia, Demetrio Papadimitriu, es el único que ha admitido la compra del equipo. Los demás funcionarios presidenciales aseguran que no saben nada del tema.
Sin embargo, los instrumentos para las escuchas telefónicas ahora no aparecen, nadie en Panamá sabe donde están. Pero la Alianza Ciudadana Pro Justicia pide que aparezcan los aparatos ya que su adquisición se hizo con fondos públicos.
Mientras en Panamá se conocía de la compra de los implementos para las escuchas, la oposición panameña tiene registradas varias visitas “no oficiales” efectuadas por el actual Presidente de Honduras Juan Orlando Hernández a su amigo Martinelli.
Para entonces, Tegucigalpa preparaba un andamiaje político y multimillonario a fin de implementar el mismo plan puesto en marcha por el gobierno panameño.
El Parlamento hondureño, socializaba una ley de escuchas y funcionarios de alto nivel del estado aseguraban con anticipación que “honduras recibiría equipo para intervenir llamadas”.
El propio Presidente Juan Orlando Hernández aseguro antes de las resientes elecciones panameñas que “se comprara equipo moderno para aplicar la ley de escuchas”
El dinero para la compra de esos dispositivos de escuchas provendría de los fondos de la tasa de seguridad que maneja el Comité Técnico del Fideicomiso que administra esos recursos.
El coordinador de ese Comité, el empresario Juan Farrera revelo que unos 300 millones de lempiras serían utilizados para la implementación de la Ley de Escuchas y la compra de esos equipos.
Por su lado, El presidente de la República Juan Orlando Hernández evito revelar detalles sobre la adquisición, asegurando que “se está en proceso de adquirir el equipo que se requiere para la implementación de dicha ley”.
Con todo este panorama que evidencia una coincidencia entre los intereses panameños y hondureños, así como los niveles de amistad y de negocios y sociedades mercantiles que Ricardo Martinelli mantiene con Honduras, especialistas han encontrado un hilo conductor entre el extravío de los equipos de espionaje en Panamá y la adquisición de aparatos con el mismo propósito en Honduras, cuya compra aun no está del todo esclarecida.
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