Doña Rosa Lara, quien vive en Catacamas, Olancho, se encuentra preocupada ante la incógnita de no saber cómo pagará la enorme deuda que tiene con la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE).
En la casa ubicada en el barrio La Cruz, donde solo viven ella y su hijo, no existen televisores, solo hay cuatro focos y se cocina en una estufa de gas y en un fogón, todas estas medidas destonadas para el ahorro energético.
Yo pienso en esta jarana que no la voy a pagar… me van a llevar presa, porque soy la dueña de casa y quien aparece en el recibo», dijo entre lágrimas la mujer de 83 años
De igual manera, aseguró que sus hijos no tienen la capacidad para pagar esta deuda, y teme que intenten procesarlos y terminen encarcelados.
«Me vinieron a trastear el contador, yo les pregunté qué iban a hacer, y me dijeron que lo iban a limpiar… (los empleados de la estatal), y me dijeron que había una línea muerta», dijo doña Rosa
Luego la anciana volvió a soltar lágrimas y aseveró que desconoce si la versión de los empleados públicos «sería verdad o mentira».