La intensificación de la guerra en Ucrania y la definición de una postura más firme ante Rusia marcan la cumbre que iniciaron este jueves los jefes de Estado y Gobierno de la Unión Europea en busca de decisiones que refuercen la independencia estratégica del bloque.
Esta reunión de dos días, la segunda de la UE desde el inicio del conflicto hace dos semanas, debe avanzar en cuestiones como el apoyo político y material a Kiev, la progresiva desconexión de las fuentes de energía rusas y el aumento del gasto militar europeo.
Con las fuerzas rusas bombardeando de forma cada vez más intensa las ciudades ucranianas y más de dos millones de refugiados en suelo de la UE, el anfitrión de la cita, el presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó estar «preocupado y pesimista». «Por eso creo también que Europa debe estar a la altura», dijo.
«Europa está unida frente a esta guerra y eso es muy importante. Debe prepararse para todas las posibilidades», añadió en declaraciones a la prensa antes del inicio de la cumbre en el Palacio de Versalles.
El alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, alertó de que Rusia «hace su guerra» en Ucrania de la misma manera en que la hizo en Siria o Chechenia, «bombardeando» y «destruyendo».
Un asunto clave que se analizará estos dos días es cómo avanzar hacia el nuevo objetivo europeo de poner fin a su dependencia energética del gas, el petróleo y el carbón de Rusia.
Macron reconoció que esa dependencia supone una «vulnerabilidad» y explicó que se están buscando nuevos proveedores, mientras que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advirtió de que esa transformación energética requerirá «enormes inversiones».
La principal economía de la UE, la alemana, es también una de las más dependientes del gas ruso. El canciller germano, Olaf Scholz, defendió la efectividad de las sanciones ya en marcha contra Moscú frente a la posibilidad de detener las importaciones de gas y petróleo rusos.
«Las consecuencias (de las sanciones) para Rusia se pueden ver y está claro que seguirán surtiendo efecto», aseguró.
Los Veintisiete también deberían dar una primera opinión extraoficial sobre la solicitud de ingreso de Ucrania, una cuestión sobre la que se busca dar «una señal política» a Kiev debido a que el procedimiento es muy largo.
«Queremos una Ucrania libre y democrática, con la que compartimos un destino común», afirmó Von der Leyen.
El primer ministro neerlandés, Mark Rutte, instó a «centrarse en el corto plazo», en lo que se puede hacer «esta noche, mañana, porque la adhesión a la UE es en todo caso algo a largo plazo», ya que «no existe una vía rápida de ingreso».
La cumbre de Versalles también debatirá cómo dar un fuerte salto en la capacidad militar y de defensa europea, en respuesta a una guerra que se libra en sus fronteras y en la que sus miembros del este se sienten directamente amenazados.
En este sentido, Borrell apostó por «aumentar la resistencia de la UE con más independencia energética y capacidades militares, y con una base económica más fuerte» para afrontar los retos que se plantean.
El aumento de los gastos de defensa y la adaptación energética, así como las inversiones para incrementar la independencia de la UE en sectores económicos estratégicos serán caros, y la cumbre iniciará la discusión sobre la financiación de esas nuevas y multimillonarias inversiones.
En todo caso, la UE busca mantener la rara unidad que ha encontrado en esta grave crisis: «Es muy importante que sigamos unidos. Creo que sorprendimos a Rusia (con las sanciones) porque fuimos firmes y fuertes y estuvimos unidos», afirmó el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. EFE