Los mexicanos eligen el domingo a toda la cámara baja del Congreso, casi la mitad de los gobernadores del país y la mayoría de los alcaldes, en una votación que determinará si el partido Morena del presidente Andrés Manuel López Obrador obtiene la mayoría legislativa necesaria para continuar con su “Cuarta transformación” de México.
Desde temprano cientos de electores, protegidos con sus cubrebocas, se concentraron en las casillas de votación de la capital mexicana y una treintena de estados del país para sufragar en medio de las quejas de algunos votantes que denunciaron demoras en la apertura de los centros de votación.
Pasadas la 8 de la mañana, López Obrador arribó, acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, a su casilla, ubicada a un costado del Palacio Nacional en el centro de la Ciudad de México, para votar.
“¡Qué viva la democracia!”, exclamó el gobernante frente a la prensa luego de sufragar.
A pesar de que el mandatario no está en la boleta electoral su gestión parecía incidir en la votación de algunos electores.
“La pandemia fue mal manejada”, expresó Teresita Loza, de 53 años, al quejarse del manejo del gobierno de la crisis generada por el coronavirus.
Mientras aguardaba en una fila para votar en una casilla de la capital mexicana, Loza, quien admitió que no votó hace tres años por López Obrador, se quejó de la falta de empleo y el deterioro del sistema de salud y dijo que el presidente simplemente regalaba dinero a ancianos y jóvenes desempleados.
Asimismo, Pedro González, un abogado de 51 años, se mostró pesimista por la situación del país y dijo que teme que el gobernante mexicano no esté dispuesto a cambiar de rumbo
“Creo que tenemos que hacer un cambio”, señaló González al plantear que es necesario hacer ajustes en la forma de hacer política, y manifestó que esperaba que el partido de López Obrador sólo logre una mayoría simple en la Cámara de Diputados temiendo que si alcanza la mayoría calificada pudiera intentar cambiar la Constitución.
En el arranque del proceso el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, llamó a los actores políticos y sociales a respetar las reglas de juego democrático, los tiempos del cómputo y los resultados, y exhortó a los electores a ejercer libremente el voto.
“Tengan la seguridad de que hoy habrá rangos de votación emitidos puntualmente” de 15 de las 32 gobernaturas del país y la Cámara de Diputados, dijo Córdova en un comunicado, y precisó que los rangos se darán a las 11 de la noche a partir de los conteos rápidos que realizarán las autoridades electorales.
La jornada de votación se ha desarrollado de manera pacífica en la mayoría de las regiones del país con excepción de la localidad de Santiago Laollaga, en el estado central de Oaxaca, donde un grupo de personas, cuya identidad se desconoce, prendió fuego al lugar donde se instalaría la casilla y colocó barricadas con llantas que luego quemaron, dijo en su cuenta de Twitter el senador oficialista Salomón Jara Cruz.
Las autoridades electorales no han ofrecido comentarios sobre el incidente. El consejero presidente indicó a la prensa que alrededor de 300 casillas en el estado central de Michoacán no pudieron instalarse este domingo por conflictos con comunidades indígenas que exigían elegir a sus autoridades con el sistema de usos y costumbres.
En medio del proceso electoral se anunció la detención en el norte del país del exgobernador opositor del estado occidental Nayarit, Roberto Sandoval, y su hija Lidy Sandoval López, quienes eran procesados por la Fiscalía General por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita, según reportaron el domingo medios locales.
Sandoval, miembro del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI) que gobernó Nayarit entre el 2011-2017, fue acusado hace dos años por Estados Unidos de tener nexos con el narcotráfico al haber presuntamente recibido sobornos del Cartel Jalisco Nueva Generación, congeló sus cuentas y le prohibió el ingreso a ese país.
Los detractores del mandatario han descrito los comicios como una oportunidad de impedir que el aún popular López Obrador concentre más poder y debilite el sistema de equilibrios y garantías. El presidente dice que la oposición está dominada por conservadores que se oponen a su campaña contra la corrupción y el gasto innecesario.
López Obrador se ha quejado de que cortes y agencias reguladoras independientes han bloqueado algunas de sus medidas más duras para dar poder a empresas estatales. Sus rivales temen que si obtiene una mayoría, pueda intentar subyugar a los tribunales y agencias reguladoras creadas durante las décadas de transición mexicana hacia una democracia plena.
Quince de las 32 gubernaturas del país se deciden el domingo, así como los 500 escaños de la Cámara de Diputados. Casi 20.000 puestos locales, como alcaldías y concejalías, se dirimen en 30 estados, las carreras electorales que a menudo han registrado más incidentes violentos. Unas tres docenas de candidatos locales han sido asesinados.
Las bandas criminales han intentado influir en las elecciones, según los expertos, aunque el gobierno atribuye la mayoría de los asesinatos a otras cuestiones y dice que no estaban necesariamente relacionados con la votación.
La autoridad electoral del país afirmó que estas serán unas de las elecciones más vigiladas de la historia, con más de 19.000 observadores registrados, y la violencia en los centros de votación es relativamente rara.
López Obrador ha subido el salario mínimo y reforzado los programas de ayuda gubernamental como pagos adicionales a los ancianos, estudiantes y programas de formación para jóvenes. También creó una Guardia Nacional casi militar y dio un importante papel al ejército en sus proyectos estrella, que incluyen trenes, una refinería de petróleo y aeropuertos.
Pero no ha seguido una línea izquierdista tradicional. Pese a tensiones ocasionales, ha mantenido una relación cordial con Estados Unidos y ayudó a impedir que decenas de miles de migrantes centroamericanos llegaran a la frontera estadounidense. Detesta la deuda del gobierno y el despilfarro.
Sus oponentes le describen como intolerante a las críticas y obsesionado con una imagen nostálgica de México en la década de 1960, cuando el petróleo regía el mundo y las empresas estatales dominaban muchos sectores de la economía. Conservador en lo social y cristiano declarado “en el sentido más amplio”, ha enojado a las feministas con sus políticas, aunque ha complacido a muchos mexicanos por su estilo de vida austero.
Las elecciones son el primer evento público masivo desde que la pandemia del coronavirus golpeó al país hace más de un año, aunque las cifras de contagios han caído y México ha vacunado a un cuarto de los adultos. Las 350.000 muertes estimadas en la pandemia -unas 230.000 de ellas confirmadas con pruebas- no parecen haber jugado un gran papel en la campaña electoral, aunque podrían pesar en la mente de los votantes.-AP