“Cuándo será la semana en que no haya asesinatos en nuestro país, entonces empezaremos a ser verdaderos cristianos”, manifestó este domingo el cardenal Óscar Andrés Rodríguez durante la homilía dedicada a la Santísima Trinidad, oficiada en la Basílica Menor Nuestra Señora de Suyapa.
El prelado expresó que “cómo necesitamos en nuestra sociedad hondureña, crecer verdaderamente en la fe y si decimos que somos cristianos, si decimos que somos seguidores del maestro, no hay sitio para el odio, no hay sitio para el rencor, no hay sitio para la venganza, no hay sitio para ninguno de los pecados, especialmente el pecado del asesinato y de la muerte que pareciera que aquí en Honduras se olvidó el mandamiento de la ley de Dios que nos dice claramente, no matarás”.
“Cuándo será la semana en que no haya asesinatos en nuestro país, entonces empezaremos a ser verdaderos cristianos”, señaló el purpurado que acotó que mientras tanto hay que llevar este mensaje, especialmente a quienes nunca lo han oído, tanta juventud que quizá fueron a dar a las maras porque nadie jamás les anunció al Señor Jesús, porque no lo han conocido y emprendieron ese camino equivocado.
Añadió que una vez que se manchan las manos de sangre del hermano y de la hermana, ya no hay sitio para que entre el amor de Dios.
“Por eso la Santísima Trinidad es también un envío, lo hemos escuchado en el evangelio, vayan, vayan por todas partes, no podemos pensar que vamos a continuar construyendo una sociedad sobre la sangre inocente. Nadie tiene derecho a quitarle la vida a nadie, entonces que todos asumamos cada uno según su ámbito, en la familia, educar para el respeto a la vida, el respeto al honor, el respeto al buen nombre, todos aquellos que han hecho sus negocios de calumniar y de difamar al prójimo saben que no pueden estar con Dios y que Dios no está con ellos”, recalcó el líder espiritual.
Acotó que claramente dice el libro de los salmos, “el que no difama a su prójimo, ese entrará en la presencia del Señor, entonces la Trinidad se vuelve en un programa de vida, un programa de superación, un programa de santidad”.
El prelado culminó su mensaje pidiendo al Señor Jesús que tu vida de hijo alimente nuestra vida, Espíritu Santo, que el fuego de tu amor nos renueve por dentro y renueve nuestro mundo y renueve nuestra Honduras. (OM)-Proceso.hn