El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció el lunes un nuevo confinamiento nacional que se prolongará al menos hasta mediados de febrero para combatir una nueva variedad del coronavirus que se propaga rápidamente.
Johnson dijo que el país se encuentra en “un momento crítico” y que los casos aumentan rápidamente en todas partes del país.
Según las nuevas reglas, que entrarán en vigencia lo antes posible, las escuelas primarias y secundarias y las universidades estarán cerradas para el aprendizaje presencial, excepto para los hijos de trabajadores esenciales. Los estudiantes universitarios no regresarán hasta al menos mediados de febrero.
Todas las tiendas no esenciales y los servicios de cuidado personal, como peluquerías, estarán cerrados, y los restaurantes solo pueden ofrecer servicio para llevar.
Hasta el lunes, había 26.626 pacientes con COVID en hospitales de Inglaterra, un aumento de más del 30% respecto de hace una semana. Eso es un 40% por encima del nivel más alto de la primera ola en la primavera.
También el lunes, Gran Bretaña dio otro gran paso el lunes en el combate al COVID-19 al aplicar las primeras inyecciones en el mundo de la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca, fortaleciendo así su programa de inoculación.
Brian Pinker, paciente de diálisis de 82 años, se convirtió en la primera persona en ser inoculada por la jefa de enfermeras en el hospital de la Universidad de Oxford. Pinker dijo sentirse muy complacido de ser vacunado, y señaló que “ahora realmente puedo anticipar celebrar mi 48vo aniversario de bodas con mi esposa Shirley posteriormente este año”.
Desde el 8 de diciembre, el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) de Gran Bretaña ha estado utilizando una vacuna fabricada por Pfizer y la firma alemana BioNTech para inocular a trabajadores de salud, así como a residentes de asilos y al personal de los mismos. La vacuna de Oxford-AstraZeneca fortalece ese arsenal y es más barata y fácil de usar, ya que no requiere ser almacenada a temperaturas extremadamente frías como la de Pfizer.
La de Oxford-AstraZeneca está siendo administrada en un pequeño número de hospitales del Reino Unido durante los primeros días, de forma que las autoridades puedan estar atentas a cualquier reacción adversa. Pero cientos de nuevos sitios de vacunación — tanto en hospitales como en consultorios médicos locales — comenzarán a aplicarla esta semana, uniéndose a los más de 700 que ya están operando, señaló el NHS.
En un cambio con relación a las prácticas en Estados Unidos y otras partes, ahora Gran Bretaña planea aplicarle a la gente la segunda dosis de ambas vacunas 12 semanas después de la primera inyección, en lugar de 21 días después, con el fin de acelerar la inmunización de la mayor cantidad de gente lo más pronto posible.
El subdirector médico del gobierno, Jonathan Van-Tam, dijo el domingo que esa decisión “es lo correcto para la nación como un todo”.
El Reino Unido se encuentra en medio de un brote agudo, con más de 50.000 nuevas infecciones de coronavirus diarias en los últimos seis días. El domingo registró otros 54.990 casos y 454 fallecimientos adicionales relacionados con el coronavirus, con lo que ya suma 75.024 muertos durante la pandemia, una de las cantidades más elevadas de Europa.-AP