Aunque muchos pudieron retornar a sus hogares tras extenuantes jornadas de limpieza, la realidad es que otros cientos no lograron abandonar los albergues en los que se alojan desde los impactos de las tormentas Eta y Iota, que azotaron con mayor intensidad la zona norte a comienzos y mediados de noviembre pasado.
A casi dos meses del suplicio que causaron ambos fenómenos naturales en el país, todavía hay 3,118 familias en albergues, bulevares y debajo de puentes en San Pedro Sula y otras ciudades del valle de Sula.
Ellos representan a un total de 14,355 personas que viven en condición de refugio, confirmaron autoridades de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco). De todos ellos, los más vulnerables por las condiciones de su estancia, son las al menos 350 personas que se alojan abajo del puente en construcción del bulevar del este y las 505 en el puente de Chamelecón.
Magnitud
Las tormentas Eta y Iota afectaron negativamente a 4.6 millones de personas en Honduras, lo que representa casi la mitad de la población del país de 9.3 millones, según los resultados de una evaluación de necesidades multisectorial realizada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y su Equipo de Evaluación y Coordinación de Desastres (Undac) entre el 22 de noviembre y el 3 de diciembre en nueve departamentos afectados.
La magnitud y extensión geográfica de los daños e impactos relacionados con la tormenta, que llegan a 199 de los 208 municipios de Honduras, según la ONU, ha desafiado la capacidad nacional existente para responder, requiriendo apoyo internacional adicional para responder a las necesidades humanitarias urgentes.
Las necesidades prioritarias identificadas por el equipo Undac son el agua, el saneamiento y la higiene; seguridad alimentaria; salud; coordinación y gestión de campamentos; abrigo; y sectores de protección.-LaPrensa.hn