«El presidente Juan Orlando Hernández nunca nos ha dejado solos porque nos trasladaron para acá y me acordé de su frase ‘no están solos'», dijo hoy Suyapa Valenzuela, una de las damnificadas por las tormentas Eta y Iota en los bordos del río Blanco, en San Pedro Sula, que ahora tiene una vivienda digna en El Progreso gracias al Gobierno.
«Usted (presidente Hernández) nos prometió personalmente una casa y aquí está su promesa cumplida», resaltó Valenzuela, quien vive en un proyecto habitacional ubicado en la Residencial Las Minas junto a otras 50 familias damnificadas.
Este proyecto habitacional consta de unas 290 viviendas, en 51 de las cuales las familias beneficiadas ya viven dignamente.
El Gobierno del presidente Hernández anunció el pasado 1 de diciembre que invertirá 2.500 millones de lempiras en programas de viviendas portátiles temporales para damnificados, casas permanentes y soluciones habitacionales o mejora de hogares.
Luz de esperanza
Valenzuela, quien es madre de siete hijos, explicó que su nueva casa cuenta con servicios básicos como agua, electricidad, tres cuartos, un sanitario, sala de estar y cocina.
«Gracias a Dios y al presidente Juan Orlando Hernández tengo una casa muy linda, bella, y yo nunca soñé con tener una casa, porque en los bordos del río Blanco yo alquilaba (durante 11 años) y mi casa era de madera y no teníamos sanitario», explicó Valenzuela.
Ahora una luz de esperanza renace para estas familias hondureñas que habitaban de manera vulnerable en los bordos del río Blanco, pues ahora viven en una residencial digna y segura donde prevalece la alegría y los gritos de los niños, quienes corren a campo abierto en esta zona que les permite sentirse cómodos y libres.
«Pasamos momentos muy difíciles con las dos tormentas, Eta y Iota, pero gracias a Dios vivo en un lugar tranquilo y seguro para mis hijos y para mí, ahora vivo en un lugar muy lindo», dijo Valenzuela, quien aseguró que debido a las inundaciones perdió «prácticamente todo».
«Tuve muchos obstáculos, difíciles, porque nosotros teníamos mucho miedo por el río que estaba cerca de nosotros; ver a mis vecinos, cómo el río les llevaba las cosas, fue un momento muy difícil para mí», recordó la beneficiada.
«La primera tormenta nos dio tiempo para sacar algunas cosas, pero en la segunda ya no se pudo; fue muy difícil, porque uno piensa que la vida se le termina y siente que no hay esperanza. Son momentos difíciles y a veces no quisiera recordar eso, porque fueron momentos muy dramáticos», agregó.
Zona segura y tranquila
Jorge Argueta de 41 años y quien se dedica al rubro de la albañilería, expresó con una sonrisa que «me siento alegre porque gracias a Dios hemos salido del lugar donde estábamos; gracias a Dios y al presidente Hernández que nos han dado esta oportunidad».
«Lo que más me gusta es que estamos en una parte segura, tranquila y ahora no tenemos miedo a las inundaciones. Antes vivíamos en una condición peligrosa, cerca de una playa y donde también habían pandillas», apuntó Argueta.
Confesó que a sus 41 años «nunca me imaginé tener una casa» y «gracias a Dios se dio y esto nos ha cambiado la vida».
Asimismo, Argueta aseguró que pasará una Navidad diferente y con la sensación de que está seguro en su nuevo hogar, con los suyos.
«Vamos a hacer unos tamalitos, pollito, para pasarla bien en Navidad», dijo.
Es Navidad, época de amar y olvidar
Son las dos de la tarde y el sol aprieta fuerte, pero eso no impide a los niños jugar fútbol o landa, o andar en bicicleta al aire libre, sin preocupaciones y con la libertad de pasarla bien.
En una de las casas se escucha la música de Navidad y los vecinos de la Residencial Las Minas poco a poco empiezan a rehacer sus vidas con la convicción de que vienen cosas buenas en este 2021. Eta y Iota es un capítulo cerrado en sus vidas.
Esteban Martínez, otro de los beneficiados, manifestó que su autoestima está alta, ya que «tengo una casita muy bonita; mi familia vive muy feliz y mi vida cambió porque antes vivía en una casa de madera».
«Soñaba con tener una casa con un bonito material y gracias a Dios se hizo real este sueño», apuntó Martínez, de 38 años, y quien es padre de cuatro hijos.
«A los que no creen en estos programas que hace el presidente Hernández les digo que es una realidad; a nosotros nos prometieron que nos iban a regalar una casa y gracias a Dios se hizo realidad», subrayó Martínez.
Un parque nuevo
El gobernador de Yoro, Juan Carlos Molina, anunció que a principios de 2021 se inaugurará el nuevo Parque para una Vida Mejor «Gratitud».
«Ya casi tenemos concluido el parque y esperamos que el presidente Hernández lo venga a inaugurar este proyecto que va a generar un gran impacto social», indicó.
Además, anunció «una escuela y centro de salud para que las familias puedan tener todo lo necesario y puedan salir adelante».
«El presidente de las viviendas no hay duda que es el presidente Juan Orlando Hernández y lo dicen los hechos; el que quiera revisar que venga para que vean cuántas viviendas ha construido el presidente Hernández y les garantizo que el presidente Hernández puso su mirada en la gente más pobre», afirmó el gobernador.
«Hemos traído a estas familias que han vivido en un riesgo social y en lugares que han puesto en riesgo sus vidas; hoy tenemos 51 familias instaladas y se espera otra etapa de 75 familias que van a ingresar, y nuestra meta es tener 200 familias para que gocen de una seguridad social», concluyó Molina.
Voces
«Yo agradezco al Gobierno del presidente Hernández por haberme dado esta casita. Yo antes vivía en casa pobre y cada vez que miraba una crecida del río salía huyendo y por eso estoy muy agradecida». Marielos Flores, beneficiaria de vivienda.
«Ahora me siento bien, porque ya no me mojo. Yo vivía en un cuarto de madera y para esta época era difícil, porque se me inundaba mi cuarto, pero ahora eso ya no será así con mi nueva casa». José Perdomo, beneficiario de vivienda.