El expresidente Carlos Mesa reconoció su derrota en las elecciones presidenciales en Bolivia antes de que se conozcan los resultados oficiales y anticipó que ayudará a la gobernabilidad del próximo mandatario.
Quiero “reconocer que hubo un triunfador… con una distancia entre el primero y segundo que será difícil que se modifique en los cómputos oficiales”, dijo el líder centrista a quien los conteos no oficiales dan un segundo lugar sin opción a un eventual balotaje mientras los cómputos oficiales avanzan lentamente.
Mesa anticipó en una declaración que apoyará la gobernabilidad si el nuevo gobierno “reconoce voz a la oposición”, en alusión a los casi 14 años de mandato de Evo Morales (2006-2019) en los que prescindió de los opositores apoyado por su abrumadora mayoría en el Legislativo.
Pasado el mediodía del lunes, el cómputo oficial estaba en el 30% de los escrutinios.
Un conteo rápido de la privada Fundación Jubileo, vinculada con la Iglesia católica en alianza con instituciones académicas, dio a Arce un 53% de los votos y un 30,8% al candidato de centro Carlos Mesa, con un margen de error de 1,48 puntos porcentuales. El sondeo se hizo sobre una muestra que abarcó el 13% de las mesas de sufragio.
Para ganar en primera vuelta se precisa el 50% de los votos o que el ganador haya obtenido un 40% y tengas a su vez una ventaja de al menos 10 puntos porcentuales sobre el segundo más votado.
A través de una declaración de su portavoz, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, alentó a “los líderes políticos y sociales a trabajar juntos” por la “democracia, los derechos humanos y la reconciliación nacional” del país.
A su vez, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador fue el primero en reconocer la victoria de Arce pese a no haber datos oficiales. “El gobierno de México felicita al pueblo boliviano y extiende sus congratulaciones a Luis Arce… por su triunfo en primera vuelta”, dijo en un comunicado oficial. Desde Argentina, el gobernante Alberto Fernández se unió a las felicitaciones en su cuenta de Twitter.
En la misma red social, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, publicó que espera trabajar con voluntad de “avanzar hacia una nueva etapa en nuestra relación bilateral y fortalecer la integración regional”.
Por su parte, el embajador adjunto de Rusia en las Naciones Unidas, Dmitry Polyanskiy , publicó en Twitter: “A pesar de todos los esfuerzos por robar la voluntad del pueblo, Bolivia gana”.
“Vamos a gobernar para todos, vamos a construir un gobierno de unidad nacional”, dijo Arce la madrugada del lunes al comentar los resultados no oficiales.
Incluso la presidenta interina Jeanine Áñez felicitó a su adversario político y posible ganador. La aparente victoria del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Arce y Morales, provocó un terremoto en el gobierno de la mandataria, quien el lunes cambió a su Ministro de Educación, Víctor Hugo Cárdenas, y al titular de Gobierno, Arturo Murillo, mano fuerte del régimen y acérrimo enemigo político de ese partido.
No obstante la demora en los cómputos oficiales, La Unión Interamericana de Organismos Electorales (UNIORE) -que participó como veedora- respaldó al Tribunal Supremo Electoral (TSE) y dijo, a través de su jefa de misión Pamela San Martín, que “no hubo irregularidades” en los comicios y si bien el cómputo es lento, lo importante es “garantizar información confiable”.
Qué papel jugará Morales en el futuro gobierno si se confirma el triunfo electoral de Arce es la pregunta que muchos bolivianos y analistas se hacían el lunes.
“Arce no es Morales, pero la pregunta es quién va gobernar Bolivia ante la crisis que se avecina”, dijo el analista y profesor de Ciencia Política Franklin Pareja. “No está claro el rol de jugará el expresidente, lo cierto es que Arce salvó al MAS de una crisis provocada por Morales”, dijo el exdiputado Carlos Borth.
Tras 14 años en el poder, Morales -el primer presidente indígena de Bolivia- polarizó al país por su afán de reelegirse pese a un referendo que le había negado esa opción. Tras las elecciones del año pasado en las que buscaba su cuarto mandato consecutivo, anuladas por denuncias de fraude, Morales llevó al país a una crisis política que se profundizó con la pandemia, según expertos.
El lunes desde su exilio en Buenos Aires, Morales dijo que “tarde o temprano” regresará a Bolivia y que está en contacto con Arce. “Vamos a sacar adelante a Bolivia, vamos a enfrentar la crisis económica”, declaró en rueda de prensa.
“Es posible que Arce eventualmente le de la espalda a Morales, (como ocurrió con Lenín Moreno y su mentor Rafael Correa en Ecuador). Arce se ha distanciado de Morales en las últimas semanas. De cara al futuro, podrían surgir divisiones internas dentro del MAS, especialmente en temas delicados de política económica”, comentó a The Associated Press Rodrigo Riaza del diario británico The Economist.
Arce, de 57 años, es considerado el cerebro detrás del éxito económico de Morales, de quien fue ministro de Economía durante 12 años. El tecnócrata con estudios en Londres representa una renovación, dijo la profesora de Sociología, María Teresa Zegada.
Morales tiene al menos seis procesos penales que le inició el actual gobierno, entre ellos uno por fraude electoral. Murillo, advirtió que si regresa al país deberá enfrentar a la justicia.
“La gente optó por la certidumbre. La demanda de estabilidad y gobernabilidad era muy grande”, opinó Sebastián Michel, portavoz del MAS.
La eventual victoria de Arce generaba sentimientos encontrados en las calles. “El MAS está de vuelta, pero creo que no es por Evo. Creo que el país quiere al MAS con nuevos representantes”, dijo el estudiante de contabilidad Miguel Choque.
“No puedo creer que el MAS gane. Yo voy a esperar los resultados oficiales. El MAS debe entender que no queremos a Evo”, sostuvo Sandra Meneses, de 25 años.-AP