Una conspiración en contra de la vida de varios hondureños que representan sectores vulnerables de la sociedad se ha gestado en el despacho de la Procuradora General de la República, Lidia Estela Cardona.
A la usanza de las viejas mañas de cuando era Magistrada de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), la abogada Estela Cardona abandonó la primera línea de defensa del Estado ante tanta corrupción en medio de la pandemia, para firmar un documento que vulnera el sagrado Derecho a la Vida a muchos hondureños.
En una comunicación dirigida a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la flamante procuradora pidió que le sean suspendidas las medidas cautelares de protección a defensores de Derechos Humanos, medio ambiente, miembros de la comunidad Garífuna y comunicadores sociales, dejándolos a merced de cualquier atentado criminal contra sus vidas.
La firma de Cardona en este documento enviado a la CIDH, obedece a una lista que se le ha girado con quienes son considerados “ENEMIGOS DEL GOBIERNO”, quienes han gozado de medidas cautelares en respeto a sus Derechos Humanos y consecuente a su vulnerabilidad, pero que el Estado ya no quiere que permanezcan protegidos.
Con esta acción, el gobierno de Juan Orlando Hernández a través de la Procuraduría General de la República (PGR), le pone una diana en la frente a quienes considera son sus enemigos.
Entre los hondureños que estarían quedando desprotegidos figura el ex Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH), Leo Valladares Lanza, entre otros como los miembros de comunidades Garífunas como la de San Juan Pueblo.
Han contribuido en la elaboración de esta LISTA NEGRA Larissa Pineda de Suazo, esposa del embajador de Honduras en Washington, y Nelson Molina quien es representante de la PGR.
En el caso de Larissa Pineda, en un claro acto de nepotismo, ella ha ocupado cargos de asesoría en la PGR mientras su esposo ha fungido como vicesecretario de Seguridad.
Lidia Estela Cardona y séquito también se ha ensañado emitiendo un informe en contra de la memoria del periodista David Romero, donde le mienten al mundo diciendo que el Estado de Honduras hizo todo para salvarle la vida, cuando se sabe que ese extremo es falso.