Si bien al principio de la pandemia se pensaba que el nuevo coronavirus no afectaba gravemente la salud de los niños, a más de siete meses del inicio de la pandemia se sabe que la enfermedad puede poner el jaque la vida de algunos menores o causar graves secuelas.
En pocos meses, el coronavirus ha matado a 90 niños en EEUU, casi tantos como lo hace la influenza cada año. Y, especialmente cuando se debate el regreso presencial a clases en las escuelas, una pregunta retoma importancia: ¿Cómo saber si un niño tiene COVID-19 con o sin síntomas?
La Academia Americana de Pediatría ya advirtió que los casos de coronavirus en menores de edad se incrementaron en 90 por ciento en sólo cuatro semanas. Los niños, como los adultos, pueden contagiar a otras personas, particularmente a quienes tienen problemas secundarios de salud y cuya vida puede estar en peligro, por eso es importante tomar medidas a tiempo cuando un niño puede estar enfermo.
Los síntomas
Los síntomas que ya conocemos de la enfermedad, como tos seca, fiebre, congestión, pérdida del olfato, dolor muscular o dolor de cabeza, pueden presentarse tanto en adultos como en niños. Pero hay otros síntomas a los que los padres deben estar atentos.
Una erupción que se extiende rápidamente, dificultad para respirar, falta de energía y problemas para mantener despierto a un niño pueden ser síntomas de COVID-19, le dijo el pediatra Daniel Cohen, de Nueva York, a CNN.
“Es muy importante informar al médico de inmediato si realmente no puedes levantarlos, si se quedan dormidos todo el tiempo y simplemente están agotados, si no beben, no comen, o no realizan las actividades de la vida diaria”, explicó el especialista.
Cohen asegura que ante la menor sospecha de que un resfriado progresa rápidamente en el niño, o lo enferma más que resfriados anteriores, los padres deben comunicarse con su pediatra, porque ellos mejor que nadie saben cómo se comportan normalmente sus hijos.
Otra preocupación sobre el contagio de COVID-19 en niños es la posibilidad de que sea asintomático y contagie a otras personas vulnerables, como los abuelos o quienes padezcan enfermedades crónicas en la familia.
Cohen sugiere mantener separados a los niños de personas que pudieran tener mayor riesgo si se contagian de coronavirus y saber muy bien con quiénes se relacionan los menores. “Conocer sus hábitos, saber con quién estaban, saber cuáles son sus exposiciones es la clave”, asegura el pediatra, quien explica que la única manera de sospechar que un niño es asintomático es rastreando la exposición del pequeño a otras personas enfermas.
Practicar pruebas de detección de COVID-19 en niños que pueden ser asintomáticos dependerá de la frecuencia con que los menores han estado expuestos a otras personas. Y lo más importante es mantener las medidas de prevención de la enfermedad que ya conocemos tanto en los adultos como en los niños: lavarse las manos frecuentemente, usar mascarillas para salir de casa y mantener la distancia social. (eldiariony)