Esta mañana, como si se tratara de una fiesta de celebrities, decenas de curiosos se han acercado con las cámaras de los móviles a los alrededores del consulado de Estados Unidos en la ciudad china de Chengdu. Algunos incluso han llegado desde otras partes del país para retratar un histórico momento que eleva aún más la tensión entre las dos potencias mundiales. Para tipos como Tang, que tiene un puesto de venta de gelatina helada frente al consulado, ha sido un gran día. Según ha declarado a los medios locales, tanta expectación ha hecho que tenga muchos más clientes, entre espectadores y periodistas, que hayan querido refrescarse de los 37 grados que hace en Chengdu probando su gelatina helada.
A las 6.24 horas, la televisión estatal de China emitía en directo la imagen de la bandera de Estados Unidos arriada en el interior del complejo diplomático. «Te vamos a extrañar para siempre», rezaba el comunicado publicado en la red social Weibo -el Twitter chino- poco después por la embajada estadounidense en Pekín.
La insignia que identificaba el edificio también ha sido retirada por los operarios. Y varios funcionarios chinos han entrado por la puerta principal del consulado para recuperar la propiedad 35 años después de que fuera inaugurada por el ex presidente norteamericano George Bush.
Oficialmente, el Consulado General de los Estados Unidos en Chengdu ha sido cerrado a las 10.00 de este lunes. China cumple su orden y mantiene la política del ojo por ojo contra el Gobierno de Donald Trump. Si ellos cierran el consulado chino de Houston -como hicieron la semana pasada-, desde Pekín toman una decisión similar al cerrar el edificio diplomático de los estadounidenses que abarca las provincias del sureste de China, entre ellas la zona sensible de la Región Autónoma del Tíbet, donde no pueden entrar diplomáticos ni periodistas. Pero China podría haber echado el candado a otros consulados más importantes como el de Hong Kong o el de Shanghai. Al final, ha optado por tomar unas represalias más moderadas de las esperadas.
El viernes, los 200 empleados del consulado -150 son trabajadores locales contratados- recibieron la noticia de que tenían 72 horas para desalojar el edificio. Este fin de semana, varios camiones de mudanza abandonaron el complejo. Y en las redes sociales, algunos usuarios pedían poder ver imágenes de interior para ver si los empleados estaban quemando documentación, como hicieron los funcionarios chinos del consulado de Houston cuando las autoridades estadounidenses les comunicaron que les iban a expulsar del edificio.