Donald Trump ha vuelto a dar un viraje radical en su discurso, el enésimo. Con la crisis del coronavirus asfixiando sus opciones de reelección en noviembre, el mandatario ahora dice que llevar mascarilla es un gesto «patriótico» después de cinco meses de negarse a llevar una. Poco le importaron entonces las recomendaciones de los expertos de medio mundo y de su propio equipo de especialistas al respecto. Pero ahora los números cantan. Están los del Covid-19, que llevan semanas disparados en Estados Unidos, con 56.000 nuevos casos el lunes, 140.900 muertos y al menos 3,8 millones de contagios, y los de los sondeos que dan una ventaja considerable de 12 puntos a Joe Biden en la carrera por la Presidencia. Arriba esas mascarillas.
«Algunas zonas de nuestro país están muy bien», dijo Trump en la primera rueda de prensa sobre la Covid-19 en casi tres meses. «Otros están menos bien», añadió. «Probablemente y desafortunadamente va a empeorar antes de que haya una mejora».
Trump no sólo ha decidido apoyar ahora la causa de taparse la boca y la nariz para prevenir la propagación del virus. También parece dispuesto a volver a comandar las ruedas de prensa diarias sobre la situación del Covid-19 a nivel nacional después de semanas de ausencia. Algunas voces cercanas al presidente aseguran que «el virus le aburre» pero que los números le han obligado a volver a volver a dar la cara.
«Estamos Unidos en nuestro esfuerzo por derrotar al virus invisible de China, y muchas personas dicen que es patriótico llevar una mascarilla facial cuando no puedes practicar el distanciamiento social. ¡No hay nadie más patriótico que yo, vuestro presidente favorito!», escribió junto a una foto suya con la boca y la nariz tapadas.
Huele a reacción tardía. La situación es grave en estados como Florida, California, Arizona, Texas o Georgia, donde los contagios se han disparado en las últimas semanas. En varias partes del país se está estudiando volver al principio, a obligar a la población a permanecer encerrados en sus casas. En el condado de Hidalgo, en Texas, un juez ya ha dictado esa orden por la situación en los hospitales de la zona. No pueden recibir a más pacientes.
Los Ángeles está estudiando hacer lo mismo. Sería la primera gran ciudad del país que decreta una cuarentena por segunda vez durante esta pandemia. Eric Garcetti, el alcalde de la ciudad, ya ha dicho que la decisión se tomará esta semana o la siguiente en función de la evolución de la crisis. Confían en que la decisión de volver a cerrar una parte de la economía de hace unos días surta efecto mientras California está a punto de alcanzar los 400.000 contagios.