La prisión de San Quintín, la más antigua de California, se ha convertido uno de los mayores focos de Covid-19 de todo Estados Unidos. El traslado hace un mes y medio de 121 reos desde la cárcel de Chino, al sur de California -donde se han registrado 941 casos y 17 muertos a raíz del coronavirus- precipitó un contagio masivo que está poniendo en jaque a los hospitales del área de la bahía de San Francisco. Al menos 1.500 personas, entre presos y personal, han dado positivo del virus en la prisión donde sirvió parte de su condena Charles Manson. Siete han perdido la vida, según el Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California (CDCR).
La prisión, con un problema de hacinamiento por su exceso de población, no había registrado ni un solo caso a finales de mayo, cuando las autoridades penitenciarias tomaron la determinación de trasladar a los presos mayores de 65 años o con condiciones médicas previas desde Chino para aliviar la crisis en ese centro. De acuerdo al diario ‘San Francisco Chronicle’, la mayoría no fue sometido a pruebas dos semanas antes del traslado, lo que explicaría la situación actual en San Quintín.
A los pocos días de llegar, algunos de esos reos comenzaron a mostrar síntomas propios del coronavirus y 25 de ellos dieron positivo poco después. Sandra McCoy, una epidemióloga de la Universidad de California Berkeley que cita la revista Nature, asegura que vivió escenas de hombres pidiendo ayuda de forma desesperada desde sus celdas. En el informe posterior que publicaron junto con Amend, una organización experta en prisiones, hablan de «ventilación extremadamente deficiente, celdas extraordinariamente cercanas y limpieza deficiente».
De los 3.547 presos que hay en la actualidad en San Quintín, -incluyendo 721 en el corredor de la muerte- unos 1.400 son parte de un grupo de alto riesgo frente a la Covid-19. Por ello recomiendan una reducción de al menos un 50% de la población de la cárcel para evitar un caso de epidemia local y en una crisis sanitaria de envergadura. «San Quintín es un lugar extremadamente peligroso para un brote», concluyeron. «Se debe hacer todo lo posible para disminuir la cantidad de personas expuestas a este entorno lo más rápido posible».