El doctor estadounidense Thomas Cowan –que no es científico- fue el responsable de propagar la información de esta supuesta teoría, en una charla que dio el 12 de abril de este año en Tucson (Arizona).
Inspirados por noticias sobre el supuesto vínculo de la tecnología 5G con la propagación del coronavirus, ciudadanos de varios países del mundo han atacado antenas de telefonía móvil en los últimos meses. En Europa, en Reino Unido, Irlanda, Países Bajos, Chipre, Bélgica, Francia, Italia y Alemania; en Sudamérica, en Paraguay, Perú y Bolivia.
Según medios internacionales, al menos 87 ataques de produjeron en Reino Unidos desde abril de este año y otros 30 en Holanda.
El 8 de junio, un británico de 47 años fue condenado a tres años de cárcel en Inglaterra, por prenderle fuego a un repetidor de la compañía Vodafone en Kirkby G.
Según The Financial Times, uno de los ataques se centró en una antena situada junto al hospital de campaña de Birmingham, habilitado especialmente para atender a los enfermos de coronavirus.
En Sudamérica
Paraguay es el país donde más hechos de este tipo se han reportado. En mayo pasado, habitantes del distrito de Azotey, en el departamento de Concepción, quemaron un pastizal donde se ubicaba una antena de telefonía móvil de Tigo, por el temor de supuestos efectos negativos que provoca 5G en la salud humana.
El 9 de junio, pobladores de la ciudad de Villarica, optaron por prenderle fuego a una antena de telefonía celular, creyendo que se trataba de una antena 5G, además agredieron a bomberos que fueron hasta el lugar para sofocar el incendio.
En Perú, el jueves 11 de junio, comunarios del poblado rural Acobamba, ubicado a 525 kilómetros de Lima, retuvieron a ocho trabajadores de telecomunicaciones que reparaban una antena bajo la creencia de que contraerán el covid-19 si se instala tecnología 5G en la zona, según el reporte del diario El Comercio.
El último incidente de este tipo se registró la noche de este lunes en Bolivia en el municipio de Yapacaní, donde cuatro antenas de telecomunicaciones fueron quemadas.
Al momento, en América Latina, el único país donde se ha lanzado esta nueva tecnología es Uruguay.
La teoría cuestionada
El doctor estadounidense Thomas Cowan –que no es científico- fue el responsable de propagar la información, en una charla que dio el 12 de abril de este año en Tucson (Arizona) donde se refirió a un supuesto vínculo entre la COVID-19 y la implantación de la red móvil de quinta generación, información que se viralizó en las redes.
El cuestionado profesional alegó que existe una correlación histórica entre la exposición de humanos a nuevos campos electromagnéticos y la propagación de epidemias e insinuó que o bien la tecnología 5G afecta al sistema inmunológico o puede contribuir de alguna manera a su propagación.
Para refrendar su teoría, Cowan alegó la ausencia del coronavirus en África, hecho que considera que se debe a que no cuentan con antenas ni redes 5G, aunque en la realidad, existen miles de casos en ese continente.
Tras la conferencia de Cowan, un grupo de Facebook empezó a apuntar a las antenas 5G porque Wuhan, el epicentro de la epidemia COVID-19, era la primera ciudad 5G del mundo, aunque existen decenas de ciudades por el mundo que ya tenían antes de este tipo, en países como Corea del Sur y España.
La propia OMS ha desmentido que exista relación entre esta nueva tecnología móvil y el COVID-19: “Los virus no se desplazan por las ondas electromagnéticas ni las redes de telefonía móvil. Recordemos que el COVID-19 se transmite a través de las gotículas de las secreciones expulsadas por una persona infectada, cuando tose estornuda o habla. También es posible infectarse si tocamos una superficie contaminada y posteriormente nos llevamos la mano a los ojos, la boca o la nariz», aclaró.
Lo único cierto, es que a la fecha no está científicamente comprobado que la tecnología 5G afecte el sistema inmunológico y menos que tenga que ver con la propagación de este virus que ya ha cobrado la vida de más de 400.000 personas en el mundo.-La-Razon.com