Una brutal guerra a muerte tiene como escenario el Poder Judicial de Honduras (PJH), donde varios magistrados pugnas por sustituir al Presidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), lo anterior ante la incapacidad y hospitalización de Rolando Argueta, quien dio positivo de Covid-19.
Nacionalistas y liberales se debaten en una contienda que busca determinar qué fuerza política va a conducir los destinos del Poder Judicial.
Especialistas consideran que si un liberal asume la presidencia de la CSJ podrían presentarse importante cambios en este poder del estado.
Los magistrados: María Fernanda Castro, Rafael Bustillo, José Rodríguez y Alma Guzmán son quienes estarían pujando con bastante fuerza con el objetivo de sustituir al enfermo Rolando Argueta.
Si los liberales ganan la guerra, tiene sobre sus espaldas la responsabilidad de limpiar el rostro del sistema judicial de Honduras, revirtiendo decisiones políticas adoptadas por un presidente con afinidad nacionalista.
Las extradiciones, los procesos de investigación ante un cuestionado sistema de compras por coronavirus, entre otras situaciones de bastante complejidad, serían retos que deberá asumir un presidente liberal.
Es evidente que Rolando Argueta, conectado a un tanque de oxígeno y bajo los tratamientos de MAÍZ y CATRACHO, no puede cumplir a plenitud con sus funciones por lo que resulta imperioso que sea sustituido.
Actualmente el Poder Judicial de Honduras es el único en el mundo que se encuentra acéfalo y la salud de Rolando Argueta es incierta, siendo una obviedad que la CSJ no puede esperar 14 días creyendo que Argueta va a superar el Covid-19.
REACCIONES:
El ex Fiscal General de la República, Edmundo Orellana, propone que el sustituto de Rolando Argueta sea el magistrado Edgardo Cáceres, por antigüedad.
El diputado del Partido Libertad y Refundación (Libre), Jorge Cálix, sostiene que la ley no determina el procedimiento para reemplazar a Rolando Argueta.
El abogado Fredín Fúnez demanda a los liberales a que asuman el control de la justicia en el país y le laven la cara al sistema judicial.