El número de muertes en China provocadas por un nuevo virus aumentó el sábado a 259 y un funcionario de la Organización Mundial de la Salud dijo que los gobiernos de todo el planeta deben prepararse para el “control de brotes locales” en caso de que la enfermedad se propague por sus países.
Beijing criticó la decisión de Washington de prohibir la entrada a la mayoría de los extranjeros que visitaron China en las últimas dos semanas.
El primer ministro de Australia, Scott Morrison, anunció medidas similares el sábado, luego de Japón y Singapur.
Por su parte, Corea del Sur e India evacuaron por aire a cientos de sus ciudadanos de Wuhan, la ciudad china que está en el centro de una región donde unos 50 millones de personas fueron colocados en cuarentena de dos semanas y tienen prohibido salir en un masivo esfuerzo gubernamental por controlar la enfermedad.
Indonesia también envió un avión.
La cifra de casos confirmados en China aumentó a 11.791, superando el número de contagios durante el brote del síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en inglés) en 2002-2003. La rápida propagación del virus en apenas dos meses llevó a la OMS a declarar una emergencia global el jueves.
Esa declaración supuso pasar de la cautela previa a recomendar a los gobiernos que se preparen para la posibilidad de que el virus pueda extenderse, dijo el representante de la agencia de salud de Naciones Unidas en Beijing, Gauden Galea. La mayoría de los casos reportados por el momento son de personas que visitaron China o de sus familiares.
La OMS actuó por la preocupación de que los países más pobres pudiesen no estar equipados para responder a la situación, apuntó Galea. Una declaración de este tipo requiere una respuesta internacional coordinada y puede aportar más dinero y recursos.
La agencia dijo estar especialmente preocupada por algunos casos fuera de China en los que hubo contagio de persona a persona.
“Los países tienen que prepararse para la posible importación, a fin de identificar los casos tan pronto como sea posible, y estar preparados para el control de un brote interior, si llega a ocurrir”, explicó Galea a The Associated Press.
El viernes, Estados Unidos declaró una emergencia de salud pública y el presidente Donald Trump firmó una orden que prohíbe la entrada de manera temporal a los ciudadanos extranjeros _con excepción de familiares directos de estadounidenses y residentes permanentes_ que hayan viajado a China en los últimos 14 días, que según los científicos es el período de incubación más largo para el virus.
El gobierno chino criticó la medida norteamericana, que dijo contradice la exhortación de la OMS de evitar las prohibiciones a los viajes, así como los “comentarios hostiles” de que Beijing no estaba cooperando.
“Justo cuando la OMS recomendó no restringir los viajes, Estados Unidos se apresuró a actuar en forma opuesta. Ciertamente que no es un gesto de buena voluntad”, dijo el portavoz de la cancillería Hua Chunying.
Por otro lado, el gobernante Partido Comunista postergó el fin del feriado por el Año Nuevo Lunar en la provincia de Hubei, donde se ubica Wuhan, durante una “extensión apropiada” no especificada, y exhortó a la población allí a permanecer en sus casas.
Otra ciudad de la región en cuarentena, Huanggang, prohibió el sábado que la mayoría de los residentes salgan de sus casas, en el control más férreo impuesto hasta la fecha. Sólo una persona por vivienda podrá salir para comprar comida una vez cada dos días, dijo el gobierno.
“A los demás no se les permitirá salir salvo para recibir tratamiento médico, realizar trabajos de control y prevención de epidemias o trabajar en supermercados y farmacias”, explicó el anuncio.
Las medidas chinas de aislamiento, que son cada vez más drásticas, comenzaron el 23 de enero con la suspensión de los viajes de avión, bus y tren a Wuhan, un centro industrial con 11 millones de habitantes. La cuarentena se amplió a las ciudades próximas.
El feriado del año nuevo lunar concluye el domingo en el resto del país tras una extensión de tres días para postergar el regreso de cientos de millones de trabajadores chinos a las fábricas y oficinas. La agencia noticiosa estatal Xinhua dijo que a la gente en Hubei que trabaja fuera de la provincia también se le permitió extender el feriado.
La decisión del partido “destaca la importancia de la prevención y el control de la epidemia entre los viajeros”, afirmó Xinhua.
Los estadounidenses que regresan de China podrán entrar al país, pero serán revisados en ciertos puertos de ingreso y se les pedirá que se monitoreen durante 14 días. Los que vuelvan de Hubei tendrán que estar en cuarentena ese mismo número de días.
A partir del domingo, Estados Unidos también enviará todos los vuelos provenientes de China a siete grandes aeropuertos en donde los pasajeros podrán ser revisados.
Estados Unidos emitió su orden tras una recomendación de viaje a los estadounidenses para que sopesaran irse de China. Japón y Alemania también recomendaron evitar viajes no esenciales, al igual que Gran Bretaña, excepto para Hong Kong y Macao.
El Kremlin dijo que, a partir del sábado, se utilizarán aviones de la fuerza aérea rusa para evacuar a los rusos de las zonas de China más afectadas por el virus.
El ministro de Defensa alemán dijo que a un avión que llevaba a 102 ciudadanos de vuelta a Alemania se le negó el permiso para aterrizar y repostar en Moscú. Los rusos alegaron falta de capacidad y el avión tuvo que desviarse a Helsinki.
Un vuelo de evacuación de la UE desde Wuhan estaba programado para el sábado.
Más de una veintena de países han reportado casos de la enfermedad desde que China informó a la OMS sobre la existencia del nuevo virus a finales de diciembre.
España reportó su primer caso el viernes por la noche. Se trata de un ciudadano alemán que estuvo en contacto con una persona afectada en Alemania y luego viajó a las Islas Canarias con unos amigos. Las cuatro personas que fueron hospitalizadas junto con él no presentaban síntomas de la enfermedad.
La mortalidad en China está bajando, pero el número de casos confirmados seguirá creciendo porque quedan miles de muestras presuntos casos por analizar, señaló Galea, el funcionario de la OMS.
Tanto el nuevo virus como el SARS pertenecen a la familia de los coronavirus, que incluye también a los que causa la gripe común.-AP