La crisis venezolana se agravó el lunes tras la constitución de una dirección paralela en la Asamblea Nacional que potencia el enfrentamiento entre el gobierno y la oposición, que quedó duramente golpeada al perder el control del Legislativo.
El jefe de la directiva paralela, Luis Parra, ratificó el lunes que él junto al resto de la directiva fueron electos con el quorum reglamentario y que contaron con 81 votos en una sesión en la que aseguró que estuvieron presentes 150 congresistas, aunque The Associated Press constató que había muchos menos diputados en el hemiciclo, ya que muchos opositores salieron del lugar antes de la proclamación para tratar de presionar a las fuerzas de seguridad para que permitieran el ingreso del líder Juan Guaidó.
Parra negó que tenga vínculos con el oficialismo o haya sido comprado por el gobierno, tal como sostiene la oposición, y dijo a la prensa, desde uno de los hemiciclos del palacio legislativo, que representa una “alternativa de cambio de oposición” y que buscará acabar con la confrontación entre los poderes públicos.
Sin bien Guaidó logró -con el apoyo de la mayoría opositora- ser reelecto jefe de la Asamblea Nacional y mantenerse como presidente interino de Venezuela, ahora el dirigente deberá lidiar con una directiva paralela en el Congreso, promovida por el gobierno, que limitará su capacidad de acción.
Sobre las secuelas que tendrá la decisión del mandatario Nicolás Maduro de avalar la directiva paralela, el director de la encuestadora local Datanálisis, Luis Vicente León, afirmó el lunes que el gobierno seguirá “aislándose aún más” internacionalmente y que el país continuará alejándose de una solución negociada.
León dijo en su cuenta de Twitter que para la oposición el panorama es muy complicado debido a que sufrió un debilitamiento en su capacidad de acción interna y ahora es más dependiente de la comunidad internacional “que no tiene mucho más margen de maniobra”.
El analista planteó que para la oposición es fundamental fortalecer sus alianzas internas para evitar nuevas fracturas, especialmente de cara a las elecciones parlamentarias previstas para este año.
Guaidó consideró como “un golpe al Estado venezolano” la instalación de la directiva paralela y denunció el lunes que el Congreso fue objeto de un “asalto cruel” promovido por el gobierno de Maduro, al que calificó de “dictadura”.
Desde un edificio del este de la capital donde está su oficina privada, el dirigente dijo a la prensa que la constitución de la directiva paralela fue producto de una “farsa” en la que solo estuvieron presentes 28 diputados oficialistas y otros 17 congresistas que desertaron de la oposición.
“Mañana iremos a sesionar en el palacio legislativo”, anunció Guaidó, al asegurar que el martes espera recuperar el palacio legislativo y sus oficinas que fueron tomadas por Parra y sus colaboradores.
A pesar de la abrumadora condena de las acciones de Maduro, Estados Unidos no presentó nuevos planes para eliminar al mandatario izquierdista, que ha librado protestas masivas, sanciones financieras e incluso una rebelión militar en el último año.
Elliott Abrams, enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, dijo que en el futuro la política de Washington se centrará cada vez más en apoyar a los grupos prodemocráticos y sancionará a quienes se interpongan en su camino, y planteó que tenía la esperanza de que los aliados de Maduro como Rusia reevaluarían su apoyo “cuando vean que el régimen no tiene nada más que hacer que enviar tropas a la Asamblea Nacional”.
Durante una confusa sesión dominada por enfrentamientos entre parlamentarios y las fuerzas de seguridad, fue juramentada el domingo con el apoyo de un grupo de diputados oficialistas y disidentes de la oposición la dirección paralela integrada por Franklyn Duarte como primer vicepresidente, José Gregorio Noriega como segundo vicepresidente, y Parra.
Tanto Parra como Noriega habían sido expulsados el mes pasado de los partidos opositores Primero Justicia y Voluntad Popular tras resultar implicados en un caso de corrupción y ser acusados de supuestamente haber recibido dinero del gobierno para votar contra Guaidó, señalamientos que rechazaron los congresistas.
El nombramiento de la junta directiva paralela fue avalado por la bancada oficialista y 17 diputados que rompieron con la oposición, dejando al descubierto las fracturas en el bloque. De los 167 diputados de la Asamblea Nacional, un centenar son de la oposición, 45 son del oficialismo y el resto son disidentes de ambos bandos.
Horas después del nombramiento de Parra y los dos vicepresidentes del Legislativo, un centenar de diputados opositores se concentró en las instalaciones del diario El Nacional para reelegir a Guaidó en la presidencia del Congreso.
Los incidentes ocurridos el domingo en el Congreso generaron reacciones de preocupación entre varios gobiernos de la región y Europa, que cuestionaron la manera en que se nombró a la directiva paralela de la Asamblea.
Estados Unidos, la Unión Europea y algunos países de la región expresaron su respaldo a Guaidó como jefe de la Asamblea Nacional.-AP