El hondureño Delmer Ramírez-Palma, uno de los heridos en el derrumbe de un hotel en construcción en Nueva Orleans de la cadena Hard Rock y testigo de una investigación federal, fue deportado este viernes, confirmó la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Ramírez fue embarcado a su país en un vuelo que partió desde el Aeropuerto Internacional de Alexandria en horas de la mañana, informó el vocero de ICE en Nueva Orleans, Bryan Cox, sin dar más detalles.
En ese aeropuerto, ubicado cerca de las instalaciones que tiene la agencia federal en el centro de Luisiana, funciona la empresa ICE Air, una aerolínea utilizada para el traslado de indocumentados que son deportados.
La deportación de Ramírez, uno de los obreros que trabajaba en la construcción del hotel, se produjo a pesar de los exhortos realizados por sus abogados para que lo dejaran en libertad mientras se investigan las causas del colapso ocurrido el mes pasado, donde murieron tres trabajadores y una veintena resultó herida.
Según ICE, el hondureño tenía una orden de deportación en su contra emitida en 2016.
El colapso del hotel ha merecido una demanda legal entablada por seis trabajadores, entre ellos el propio Ramírez-Palma, en la que alegan que el incidente les produjo daños, dolores corporales y hasta la pérdida de audición en algunos casos.
El Centro para la Justicia Racial de los Trabajadores de Nueva Orleans confirmó la deportación y declaró a Efe que la medida, tomada a pesar de las exhortaciones, “nos hace menos seguros a todos, porque el gobierno federal demuestra que no puede controlar a empleadores inescrupulosos”.
El centro informó que el hondureño fue entrevistado dos veces por investigadores de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA).
Además de preguntarle sobre el desplome del hotel, fue interrogado sobre denuncias que el montador de marcos de ventanas hizo a un supervisor por una inclinación que al parecer registraba la obra antes del incidente.
Los abogados del centro argumentan que la deportación va a dificultar la investigación del derrumbe, ya que evitara testimonios futuros de Ramírez-Palma y de otros testigos que están en el país sin autorización.
“La próxima vez que se derrumbe un edificio nos preguntaremos si pudo haberse evitado, si nuestras agencias federales habrían priorizado la información dada por los sobrevivientes”, señaló la organización.
“Esta es una negligencia chocante de la responsabilidad del gobierno, que debe preocupar a todos los ciudadanos del país”, agregó.