El presidente Mauricio Macri reconoció la victoria del opositor Alberto Fernández en las elecciones del domingo en Argentina y lo invitó a iniciar una transición ordenada, propuesta que fue aceptada por su rival.
“Quiero felicitar al presidente electo Alberto Fernández. Acabo de hablar con él por la gran elección que han hecho, lo invité mañana a desayunar en la (Casa) Rosada (sede del gobierno) porque tiene que empezar un periodo de transición ordenada que lleve tranquilidad a todos los argentinos, porque aquí lo más importante es el bienestar de los argentinos”, dijo Macri, que buscaba la reelección, en un acto en su sede de campaña.
Al contabilizarse más del 96% de los votos, el escrutinio oficial daba a Fernández 48,03% contra 40,44% de Macri.
Según la ley argentina, para ser elegido presidente es necesario alcanzar al menos 45% de los votos o por lo menos 40% y una diferencia de diez o más puntos porcentuales respecto del segundo candidato más votado.
Fernández, un abogado de 60 años que está acompañado de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) en la fórmula del Frente de Todos, señaló que los tiempos que vienen no son fáciles.
“Mañana, como anunció el presidente, me reuniré con él y empezaremos a hablar cómo transcurrimos el tiempo que nos queda sabiendo que hasta 10 de diciembre el presidente es Macri, pero vamos a colaborar en todo lo que podamos… porque lo único que nos preocupa es que los argentinos dejen de sufrir”, dijo el peronista de centroizquierda a sus seguidores en su comando de campaña.
Fernández manifestó su deseo de que “los opositores sean conscientes de lo que han dejado y nos ayuden a reconstruir el país desde las cenizas”.
Fernández de Kirchner, quien en mayo sorprendió al país cuando eligió a quien fuera su exjefe de gabinete como candidato a presidente y se relegó a un segundo plano, señaló por su parte que Fernández va tener ante sí una “inmensa responsabilidad y eso va a requerir de un esfuerzo inimaginable, en un país arrasado”, de los que lo votaron y los que no lo hicieron.
“Voy a pedir al presidente que por favor hasta el 10 de diciembre… tome todas las medidas que deba tomar para mejorar la situación dramática que se está viviendo en las finanzas del país”, afirmó la exmandataria, de 66 años.
Más del 80% del padrón concurrió a votar, uno de los porcentajes más altos de los últimos años.
Las elecciones en Argentina tuvieron lugar en un contexto regional convulsionado por el estallido social en Chile, la crisis política en Bolivia y las recientes movilizaciones en Ecuador contra el aumento del combustible. Se celebran además de forma simultánea a las de Uruguay, donde la coalición oficialista de izquierda Frente Amplio no tiene asegurada su revalidación en el poder.
Fernández de Kirchner reflexionó al respecto que “esto que pasó aquí en Argentina, lo que vemos ha sucedido en la hermana república de Chile y hace poco en Ecuador nos tiene que abrir la cabeza no solamente a los dirigentes políticos sino a todos los dirigentes empresariales y sociales de la inviabilidad de modelos económicos y políticos basados en ajustes permanentes”.
Fernández mejoró levemente el resultado obtenido en las primarias abiertas y obligatorias del 11 de agosto, cuando fue el más votado con 47,78% de los votos.
Macri, de 60 años, líder de Juntos por el Cambio y que llevaba de vicepresidente al senador peronista Miguel Ángel Pichetto, tuvo un alza de casi 10 puntos respecto de esos comicios, pero no le alcanzó para forzar un balotaje como esperaba el gobierno.
En el comando de campaña de Fernández, que funciona en un centro cultural del barrio de Palermo en la capital, reinaba un clima festivo al son de temas de rock argentino. Afuera, frente a un escenario con pantallas gigantes, se agolparon miles de militantes kirchneristas, algunos con bombos y banderas.
Juan José De Antonio, de 46 años, expresó su felicidad. “Estábamos esperando este cambio desde hace rato y cansados de todo lo que estaba pasando… Tenés un amigo que perdió el trabajo, o un vecino que no logra llegar a fin de mes, y te pega, aunque a vos no te pase”.
De Antonio indicó que “la gente se dio cuenta” de que Macri “era una mentira grande, y esto es la verdad, y esperamos que vaya a salir bien”.
Macri, bien visto por los mercados, Estados Unidos y otras potencias, llegó a las elecciones en medio del descontento social por sus promesas incumplidas de reducir la pobreza y la inflación y reactivar la economía.
La pobreza se incrementó en el primer semestre del año alcanzando al 35,4% de la población, el desempleo subió en el segundo trimestre al 10,6% y la inflación acumulada en los primeros nueve meses fue de 37,7%, según datos oficiales.
El resultado favorable a Fernández en las primarias profundizó una fuga de capitales y derrumbó el peso argentino por el temor de los inversores al regreso del populismo kirchnerista, lo que recalentó la inflación y agudizó la crisis social.
Aun así, la imagen de Fernández no se resintió y tampoco pareció afectarlo el recelo que provoca la exmandataria, quien afronta varias investigaciones judiciales y un juicio por supuesta corrupción cometida durante su gestión.
En las elecciones se eligieron presidente y vicepresidente, gobernadores de tres provincias, jefe de gobierno de Buenos Aires, 130 diputados nacionales, 24 senadores nacionales y alcaldes regionales.
La provincia de Buenos Aires, el mayor distrito del país, volvió a manos del peronismo de la mano del exministro de Economía Axel Kicillof. En tanto, el oficialismo retuvo su bastión de la ciudad de Buenos Aires.-AP