La anticipada primera cita entre representantes del gobierno y líderes indígenas para buscar una salida a la crisis política en Ecuador se retrasó el domingo por problemas técnicos, mientras la policía y militantes se empeñaron en despejar un parque del centro de la capital desde donde los manifestantes inician sus protestas.
Las delegaciones de negociadores se trasladaron a un lugar secreto, aunque el encuentro no pudo realizarse a la hora prevista.
Un comunicado de la delegación de la ONU en Ecuador, que actúa como mediador, precisó que tres organizaciones indígenas, entre ellas la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas, “han ratificado la voluntad de reunirse hoy mismo a dialogar para encontrar una solución y han aceptado que la reunión sea transmitida en directo”.
Paralelamente, decenas de uniformados ingresaron al parque El Arbolito, precedidos de nubes de gases lacrimógenos y comenzaron a ahuyentar a cientos de manifestantes, una hora más tarde cumplieron su cometido expulsándolos hacia una sector cercano.
Voluntarios médicos y paramédicos, asistieron a mujeres, niños y hombres heridos o golpeados a salir de la Casa de la Cultura, sitio de concentración de los manifestantes.
Las protestan se desataron tras el anuncio de un paquete económico, dentro del cual se incluye un fuerte incremento a los precios de los combustibles, lo que encendió la ira popular e incluso el sábado provocó saqueos y actos vandálicos como la quema de la contraloría y ataques a un canal de televisión y un diario. Encapuchados sometieron a la capital a bloqueos y desmanes y otras escenas de terror.
Para controlar tales actos, el gobierno decretó estado de excepción y un toque de queda, y despllegó militares a las calles parta el cumplimiento de tales disposiciones, que impidió el libre tránsito. El domingo se hizo una pausa de nueve horas a la restricción de movilidad.
La Defensoría del Pueblo informó que por las manifestaciones han muerto siete personas _entre ellas una mujer_ hay 1.340 heridos de diversa magnitud y 1.152 detenidos.
Juan Taipe, un albañil de 35 años, caminaba alejándose del gas pimienta con un palo en la mano y dijo a la AP ” he venido a apoyar a la gente, las medidas del gobierno están muy mal para los pobres como yo, el gobierno quiere algo que nosotros no queremos”.
Los manifestantes no solo se han concentrado en las ciudades para evidenciar su inconformidad, sino que, principalmente indígenas de la Amazonía, impidieron la producción de petróleo, la principal exportación del país.
Antes de las jornadas de protesta, los pozos de la amazonia producían unos 430.000 barriles de petróleo, pero la producción ha caído a 176.029 barriles, según cifras entregadas el sábado por una fuente de Petroamazonas, que pidió el anonimato porque no está autorizado a dar esos datos. Eso significa pérdidas por casi 14 millones de dólares diarios.
Una indígena, María Chileno, que llevaba una canasta de comida típica para vender en la zona de conflicto, señalando al parque expresó que “mis hermanos indígenas por allá están hechos una lástima (muy afectados)” por la represión.
El mandatario ecuatoriano Lenín Moreno responsabilizó de la violencia a grupos de narcotraficantes, al presidente venezolano Nicolás Maduro y a seguidores del exmandatario Rafael Correa, algunos de cuyos más altos colaboradores están acusados y procesados por hechos de corrupción con fondos públicos.
“La gran preocupación en este momento es que las manifestaciones son un pretexto para muchos actores, muchos infiltrados en esas manifestaciones, para tener una agenda que va más allá de la protesta económica y la reclamación de orden económico, ellos tienen una agenda política y la violencia y el caos que sembraron ayer en la ciudad, un caos coordinado, nos deja ver que esa agenda política”, aseguró el canciller José Valencia en diálogo con la AP.
Las protestas sociales empezaron poco después que Moreno decretara a inicios de octubre un duro paquete económico, aunque lo que más enardeció a la población fue le elevación del precio de la gasolina de 1,85 dólares a 2,30 por galón y del diésel, de 1,03 a 2,30 dólares.
Con las decisiones económicas, Moreno busca hacer frente a una complicada situación derivada de una abultada deuda de 64.000 millones de dólares y un recurrente déficit anual de 10.000 millones. Entre las medidas también están: aumentar impuestos, flexibilizar leyes laborales y recortar el gasto público para generar ahorro fiscal y obtener más de 4.000 millones de dólares en financiamiento de emergencia del Fondo Monetario Internacional.
El pánico y la especulación provocaron un alza enorme en los precios, y los costos de algunos productos y servicios.
Los pobladores indígenas de Ecuador, destrozados por la pobreza y desatendidos por los programas gubernamentales, estaban furiosos. Durante la semana, miles de shuar, saraguro, quechua y otras etnias indígenas llegaron a Quito desde lo más profundo de la Amazonía y desde los poblados en las alturas de los Andes ecuatorianos.
A pesar de la difícil situación, Moreno ha dicho que no cederá en el tema de los combustibles y que puede reanudar los subsidios a los combustibles. El país está en bancarrota y ceder ante los manifestantes sería una derrota en el esfuerzo del presidente por revertir las políticas de su predecesor y exmentor, Rafael Correa.-AP