EEUU y El Salvador firman acuerdo sobre asilo

Estados Unidos firmó el viernes un acuerdo para hacer que El Salvador, uno de los países más violentos de Centroamérica, se convierta en refugio para los migrantes que buscan asilo, pero dio muy pocos detalles sobre cómo lo logrará.

El secretario interino de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, y la canciller salvadoreña Alexandra Hill Tinoco firmaron el llamado “acuerdo cooperativo de asilo” en una conferencia de prensa transmitida en vivo por internet.

Los funcionarios se congratularon de que ambos países colaboraran para detener la migración hacia Estados Unidos, pero dieron pocos detalles sobre cuándo entrará en vigor y quién o cómo se verá afectado.

McAleenan calificó el acuerdo como un “gran avance”, mientras que Hill Tinoco dijo que Estados Unidos ayudará a hacer de El Salvador un lugar más seguro y próspero para sus ciudadanos. La canciller habló sobre acabar con la violencia generada por las pandillas.

“Estos individuos amenazan a las personas, estos individuos matan personas, estos individuos le exigen a la población más pobre y vulnerable que pague tan sólo por cruzar la calle”, dijo. Añadió que su país necesita más inversión de Estados Unidos y otras naciones.

El acuerdo, reportado en primera instancia por The Associated Press, podría conducir a que migrantes de terceros países obtengan refugio en El Salvador, aun cuando muchos salvadoreños huyen de su propio país y buscan asilo en Estados Unidos. Una delegación salvadoreña se encuentra esta semana en territorio estadounidense para analizar el tema

McAleenan dijo que el acuerdo impulsa el compromiso de El Salvador de desarrollar un marco para asilo, con ayuda del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados.

“Esto abonará al buen trabajo que hemos logrado ya en el vecino de El Salvador, Guatemala, para generar capacidad de protección para tratar de impulsar nuestros planes de proveer refugio contra la persecución política, racial, religiosa o de grupo social tan cerca como sea posible del punto de origen de los individuos que la necesitan”, dijo McAleenan.

Es el intento más reciente del gobierno del presidente Donald Trump para obligar a los centroamericanos que solicitan asilo a buscar refugio fuera de Estados Unidos. Las autoridades inmigratorias estadounidenses también están obligando a más de 42.000 personas a permanecer en México mientras se procesan sus casos en Estados Unidos, y cambiaron la política para negarle asilo a cualquiera que haya transitado por un tercer país en su camino hacia la frontera sur estadounidense.

Las críticas de los defensores de los derechos de los migrantes y los refugiados no se hicieron esperar.

“El anuncio de hoy de un ‘acuerdo cooperativo de asilo’ entre Estados Unidos y El Salvador es otro ejemplo de la total desconsideración del gobierno estadounidense por la seguridad y vidas de las personas que huyen de la violencia en Centroamérica”, dijo Alison Parker, directora adjunta del programa para Estados Unidos de Human Rights Watch. “El Salvador no tiene suficiente capacidad para mantener seguros a sus propios ciudadanos, mucho menos a migrantes de otro país”. Agregó que sólo 18 personas están solicitando asilo en El Salvador.

El acuerdo sería otra medida del gobierno de Trump diseñada para frenar el flujo de migrantes que llegan a Estados Unidos. McAleenan también firmó un acuerdo de “tercer país seguro” con Guatemala, pero las autoridades en ese país todavía intentan resolver cómo implementarlo

El acuerdo con El Salvador no se ha descrito como de “tercer país seguro”, bajo el cual las naciones acuerdan que sus respectivos países son suficientemente seguros y tienen sistemas de asilo suficientemente sólidos, de manera que si los migrantes transitan a través de uno de los países deben permanecer ahí en lugar de trasladarse a otro.

Oficialmente, Estados Unidos sólo tiene un acuerdo vigente de ese tipo con Canadá.

Este año, el gobierno de Trump amenazó con retener la asistencia federal a El Salvador, Guatemala y Honduras a menos que hicieran más para acabar con la crisis de migrantes. La medida se topó con una fuerte resistencia en el Congreso, ya que los expertos afirman que los recortes sólo exacerbarían el número de migrantes que intentan hacer el peligroso viaje a Estados Unidos debido a una mayor falta de recursos.

En junio, el Departamento de Estado anunció que el gobierno de Trump estaba dando marcha atrás en algunos de los recortes, pero no aprobaría más apoyo a esas naciones. El Departamento de Estado dijo entonces que parte de esos 370 millones de dólares del presupuesto de 2018 no se gastarían y en su lugar se destinarían a otros proyectos.

La tasa de homicidios de El Salvador, un país que está plagado de pandillas, es una de las más altas del mundo.

Según un informe del Departamento de Estado de 2018, entre los problemas de derechos humanos hay acusaciones de “ejecuciones ilegales de presuntos miembros de pandillas y otros por parte de las fuerzas de seguridad o personal militar; tortura por parte de las fuerzas de seguridad; condiciones de prisión duras y que ponen vidas en riesgo; arrestos y detenciones arbitrarios; falta de respeto del gobierno hacia la independencia judicial”.

Muchas de las personas que huyen de El Salvador han dicho que ellos y sus familias son amenazados por pandilleros. Con frecuencia los adolescentes son presionados para unirse a las pandillas, y sus vidas y familias han sido amenazadas si se niegan. Algunas mujeres jóvenes son obligadas a convertirse en novias de pandilleros, siendo violadas o asesinadas si se resisten.

Las dos principales pandillas callejeras en El Salvador son MS-13 y Calle 18, ambas originarias de Los Ángeles, en donde muchos salvadoreños buscaron refugio durante la guerra civil de su país. Los pandilleros arrestados por crímenes en Estados Unidos fueron deportados a El Salvador y se llevaron su conocimiento de la cultura pandillera con ellos. Con frecuencia, Trump evoca a la MS-13, también conocida como Mara Salvatrucha, como un motivo para fortalecer la política inmigratoria de Estados Unidos.-AP

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