Enrique Peña Nieto tomó posesión como nuevo jefe de Estado de México y recibió la banda presidencial que le entregó Felipe Calderón.
La ceremonia se llevó a cabo en la sede del Congreso mexicano, teniendo como testigos a diputados y senadores en una sesión conjunta del Parlamento.
Calderón, antes de entregar la banda presidencial, la besó, en medio de gritos de legisladores a favor y en contra de Peña Nieto.
“Muy bien, Felipe, muy bien”, decían en favor del mandatario saliente. También se oyeron gritos como “Presidente, presidente” y “Asesino”, en referencia a Peña Nieto o Calderón, lanzados por legisladores a favor y en contra, respectivamente.
En su primer mensaje como presidente constitucional de México, Enrique Peña Nieto anunció lo que será el eje del gobierno que apenas inicia: recuperar la paz del país, atender a las víctimas de la guerra contra el narcotráfico y emprender una cruzada nacional contra el hambre.
Son 13 decisiones, como llamó a sus propuestas, entre las que se se encuentran un programa nacional para prevenir el delito, así como publicar la Ley Nacional de Atención a Víctimas aprobada por el Congreso.
También anunció una reforma legal para que los códigos penales de todo el país se homologuen, y exista una sola ley para sancionar los delitos.
El primer eje de su gobierno, dijo, «es lograr un México en paz. Pondremos al ciudadano y a su familia en el centro de las políticas de seguridad».
«Las ciudades, los pueblos, las carreteras deben volver a ser espacios de tranquilidad, en los cuales los mexicanos transiten con seguridad sin temor de perder la libertad o la vida».
Peña pronunció este discurso en el Palacio Nacional, en el Zócalo, la principal plaza de Ciudad de México, la cual se encontraba completamente militarizada.