El empresario ganadero Laurentino Cortizo asumió el lunes como el nuevo presidente de Panamá para el próximo quinquenio con el desafío de enderezar una economía aletargada en medio de un creciente hastío por la corrupción.
Con un llamado ferviente al consenso para enfrentar la pobreza que aqueja a buena parte de los panameños, Cortizo mencionó una serie de medidas que tomará para impulsar la economía, entre ellas, gestiones para el pago de proveedores y contratistas, una propuesta de ley de contrataciones para lograr mayor transparencia, y una ley para la creación de asociaciones públicas privadas para facilitar el desarrollo de obras.
Sin embargo, el nuevo mandatario aclaró en su discurso que aún no conoce el estado real de las finanzas públicas y que tan pronto lo sepa dará a conocer un plan de reactivación económica.
“Tenemos retos monumentales”, dijo Cortizo tras ser juramentado. Destacó que Panamá tiene aún la deuda pendiente de enfrentar la pobreza pese a que el país ha pasado por periodos de bonanza. “Venimos de una década perdida por la corrupción, no hay margen para la indiferencia en el país”, dijo.
Según mencionó, de los cuatro millones de panameños, más de 700 mil viven en pobreza. “Qué tremenda responsabilidad tenemos con los que se han quedado atrás”, sostuvo.
Por otra parte, aludió a que Panamá ha vuelto a ser incluido en una lista de naciones que no cooperan lo suficiente para combatir el blanqueo de capitales y el financiamiento del terrorismo en su plaza financiera y de servicios y Cortizo dijo que en las próxima semana creará la Unidad para la Competitividad de los Servicios Internacionales, que coordinará acciones “para sacar y mantener a Panamá fuera de las lista y consolidarnos como el mejor centro de negocios servicios y logística de América Latina”.
Cortizo, de 66 años, obtuvo en las elecciones de mayo apenas el 31% del respaldo del electorado aunque su Partido Revolucionario Democrático (PRD), de tendencia socialdemócrata, alcanzó la mayoría en la legislatura unicameral.
El nuevo líder enfrentará el malestar generalizado de los panameños por una contracción económica que hereda del gobierno saliente de Juan Carlos Varela.
Cortizo ha anticipado que convocará a todos los sectores para enderezar el rumbo económico y dedicará un especial interés al sector productivo que ha cuestionado la falta de apoyo e impulso gubernamental. De hecho, la primera reunión del gabinete del nuevo gobierno se realizará en una provincia central del interior del país dedicada al sector agropecuario.
La economía llegó a crecer a un ritmo de dos dígitos y se convirtió en la de mayor auge en Latinoamérica gracias a la construcción de varias grandes obras como la expansión del Canal de Panamá y del metro durante el mandato del magnate de los supermercados Ricardo Martinelli (2009-2014). Pero el crecimiento se contrajo en el siguiente quinquenio, con una tasa de 3,7% en
2018 y un desempleo de 6% que contrasta, por ejemplo, con el crecimiento del Producto Interno Bruto de 10,7% y desempleo de 4,4% en 2012.
“Me siento optimista en que la economía comenzará a avanzar”, dijo brevemente Cortizo al llegar al centro de convenciones en prestó juramento ante la presencia de una decena de líderes internacionales. Refirió que en las últimas semanas se ha reunido con varios empresarios extranjeros que han expresado interés en invertir en Panamá, lo que “son señales positivas”, agregó.
Poco antes de la ceremonia en la que se le colocó la banda presidencial, Cortizo recibió la promesa del gobierno de Estados Unidos, a través del secretario de Comercio, Wilbur Ross, de trabajar mancomunadamente para impulsar el crecimiento económico.
Estados Unidos es el principal cliente del Canal de Panamá -que es el motor de la economía de servicios del país- y cuenta con una inversión directa cercana a los 4.700 millones de dólares y con una presencia de más de 150 empresas, refirió Ross.
Ross llegó con una delegación procedente de la cumbre del G20 en Japón y su presencia refleja el interés de Washington en momentos en que China trata de utilizar a Panamá como su puerta de entrada para expandir su comercio en América Latina. Estados Unidos mira de reojo esa nueva relación que comenzó hace dos años cuando Panamá decidió romper con Taiwán y establecer relaciones con Beijing.
“El presidente Trump me envió con un mensaje claro”, dijo Ross en una declaración corta a la prensa. “Panamá es uno de nuestros socios en esta región y en el mundo”.
“Esperamos trabajar con el presidente Cortizo, así como con todos los miembros de su administración, y nos gustaría recibirlo en Washington pronto”, destacó Ross en inglés.
Cortizo asumió en medio de un creciente rechazo por la corrupción política y cuando el país trata de sacudirse aún del escándalo internacional de los Papeles de Panamá, que sacaron a la luz cómo desde un bufete de abogados panameño se crearon sociedades en ultramar para esconder fortunas en paraísos fiscales de figuras poderosas, así como de los sobornos repartidos por la constructora brasileña Odebrecht.-AP