Representantes de los gobiernos de México y Estados Unidos se esforzaron el jueves para tratar de evitar los aranceles que el presidente Donald Trump quiere imponer a los productos mexicanos como forma de obligar al vecino del sur a detener el flujo de migrantes centroamericanos.
Ambas partes reportaron el miércoles avances en las conversaciones lentas, aunque Trump dijo que todavía se necesita “mucho avance” para frenar la amenaza de imponer 5% de impuestos a las importaciones provenientes de México a partir del lunes como parte del endurecimiento de una táctica a la que se oponen también muchos en el gobernante Partido Republicano.
Poniendo de relieve la magnitud del problema en la frontera sur de Estados Unidos, el Departamento de Seguridad Nacional anunció que la Patrulla Fronteriza detuvo en mayo a 132.887 migrantes que cruzaron la frontera de manera ilegal, su nivel más alto en más de una década. La cifra incluye 84.542 adultos y niños juntos, 36.838 adultos solos y 11.507 menores de edad que viajaban sin compañía de un adulto.
Trump tuiteó desde Irlanda que las negociaciones en Washington continuarían con “el entendimiento de que, si no se llega a ningún acuerdo, los aranceles del 5% comenzarán el lunes, con aumentos mensuales según lo programado”.
El secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, pasó varias horas en el Departamento de Estado y se esperaban conversaciones adicionales por la tarde en la Casa Blanca entre los abogados de Trump y el equipo mexicano.
Sin embargo, no queda claro a qué tipo de acuerdo se llegará mientras Trump está fuera del país y las autoridades estadounidenses se preparan para que entren en vigencia los aranceles si no hay medidas drásticas por parte de México.
“Veremos qué pasa”, dijo Trump a la prensa en Irlanda antes de partir a Francia para una ceremonia conmemorativa del Día D. “Algo muy dramático podrá pasar. Le he dicho a México que los aranceles van y lo digo en serio. Estoy muy feliz por eso”.
Ebrard dijo a la prensa al salir del Departamento de Estado que hubo avances y que probablemente regresaría después de realizar consultas en la embajada.
“En la tarde podría darles una visión más concreta donde nos encontramos”, dijo, antes de añadir: “Estamos avanzando. Vamos a continuar las pláticas esta tarde”.
De regreso en Washington, la portavoz de la Casa Blanca, Mercedes Schlapp, dijo en entrevista que las conversaciones continuaban, pero advirtió: “parece que avanzamos por el rumbo de los aranceles porque lo que hemos visto hasta ahora es que lo que proponen los mexicanos simplemente no es suficiente”.
En la reunión del miércoles en la Casa Blanca, encabezada por el vicepresidente Mike Pence, estuvieron también el secretario de Estado, Mike Pompeo, y otros funcionarios estadounidenses,
quienes se hicieron eco de la postura de Trump de seguir adelante con los aranceles hasta que se detenga el arribo de inmigrantes a la frontera sur de Estados Unidos.
Representantes del gobierno estadounidense han dicho que México puede evitar los aranceles si asegura su frontera con Guatemala y ataca las organizaciones de tráfico de personas, pero Estados Unidos tampoco ha propuesto estándares concretos para evaluar si México está cumpliendo, y no queda claro si esas medidas bastarán para satisfacer a Trump en el tema de la inmigración ilegal, un asunto crucial para su presidencia y para su campaña de reelección en 2020.
Fuera de Trump y algunos de sus asesores, pocos en el gobierno creen que la imposición de aranceles es una buena idea, según funcionarios al tanto de las deliberaciones internas. Temen que los aranceles tendrán consecuencias económicas negativas para los estadounidenses y perjudicarán políticamente al gobierno, dijeron estas fuentes, que hablaron bajo la condición de anonimato.
Las implicaciones económicas para los dos países son enormes y desde el punto de vista político revelan una enorme brecha ideológica entre Trump y su partido.
Trump confía cada vez más en los aranceles como someter a otras naciones a su voluntad, a pesar de las advertencias de sus propios correligionarios sobre las consecuencias que tendrán para los propios fabricantes y consumidores en Estados Unidos.
Los legisladores republicanos amenazan con enfrentar a Trump y han advertido que están dispuestos a tratar de bloquear sus aranceles, temerosos de que provocarían aumentos de los precios al consumidor, daños a la economía y significarían un peligro para el acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá, aún pendiente de aprobación.
El presidente de la Comisión de Recursos y Arbitrios de la Cámara de Representantes, el demócrata Richard Neal, dijo que presentará un proyecto para bloquear los aranceles si Trump cumple su amenaza.
En respuesta a sus detractores, el presidente acusó a los demócratas de no querer reformar las leyes de inmigración. En cuanto a los críticos de los aranceles, dijo que “mucha gente, entre ellos senadores, no tienen la menor idea de lo que están hablando cuando se trata de aranceles. No tienen absolutamente la menor idea”.
Trump mismo ha dicho erróneamente que quienes pagan los aranceles son los países afectados, no los importadores estadounidenses y con frecuencia los consumidores, que sufren el aumento de los precios.
Si no se concreta un acuerdo, los primeros aranceles _del 5%, que aumentarán gradualmente hasta 25%_ entrarán en vigor el próximo lunes, y Trump ha dicho que lo “más probable” es que los aranceles se apliquen a pesar de la oposición de muchos republicanos.
El objetivo del mandatario es persuadir al gobierno de México para que tome más medidas para impedir que los migrantes provenientes de Centroamérica atraviesen su territorio para llegar a la frontera de Estados Unidos.
La mayoría de los migrantes que emprenden el viaje son de Guatemala, Honduras y El Salvador, naciones azotadas por pandillas, violencia y pobreza. Muchos de los migrantes planean solicitar asilo.
El senador Ron Johnson dijo el miércoles que llamó a la embajadora mexicana para destacar que Trump hablaba “en serio” sobre los aranceles y que no está claro si el Congreso podría reunir los votos suficientes para bloquear los gravámenes de un veto presidencial.
“Sólo quería asegurarme de que la embajadora mexicana se diera cuenta” de la situación, comentó Johnson. “Si implementa esos aranceles, no van a ser anulados”.-AP