Al menos 49 personas murieron en ataques a mansalva en dos mezquitas donde los feligreses asistían a las oraciones del viernes, perpetrados por un supremacista blanco antiinmigrante con dos fusiles de asalto y una escopeta.
El agresor mismo transmitió los ataques en videos en vivo con imágenes horrendas.
Un hombre fue arrestado y acusado de homicidio, y otros dos sospechosos armados quedaron detenidos mientras la policía trataba de averiguar cuál había sido su papel.
“Está claro que esto solo puede ser calificado de ataque terrorista”, dijo la primera ministra Jacinda Ardern, y añadió que muchas de las víctimas serían migrantes o refugiados.
Es “una de las jornadas más sombrías de Nueva Zelanda”, aseveró.
El ataque a sangre fría provocó estupor en esta nación de 5 millones de habitantes, un país de leyes relativamente tolerantes en cuanto a la posesión de armas, pero donde hay pocos homicidios y es tan pacífico que los agentes de policía suelen andar desarmados. Además, se lo considera un país acogedor para inmigrantes y refugiados.
El autor de al menos uno de los ataques publicó un manifiesto de 74 páginas en las redes sociales bajo el nombre de Brenton Tarrant, en el que se identifica como australiano de 28 años y nacionalista blanco ávido por vengar los ataques perpetrados por musulmanes en Europa.
Provisto aparentemente de una cámara instalada en su casco, transmitió en vivo al mundo con todo detalle la matanza en la mezquita Al-Noor de Christchurch, donde al menos 41 personas murieron bajo sus ráfagas disparadas una y otra vez, incluso a personas caídas. Otros feligreses fueron abatidos en un ataque a otra mezquita poco después.
Hubo 48 heridos, algunos de suma gravedad, según las autoridades.
La policía no reveló de inmediato si la misma persona fue la autora de ambas matanzas. Tampoco identificó a los presos, sobre los cuales se limitó a decir que no figuraban en lista alguna de personas a vigilar.
Si bien no había razones para creer en la existencia de otros sospechosos, la primera ministra dijo que se elevó el nivel nacional de alerta de bajo a alto. La policía advirtió a la gente que no acudiera a las mezquitas en todo el país. La aerolínea Air New Zealand canceló varios vuelos de salida y arribo a Christchurch.
La policía dijo que la investigación se extendió 360 kilómetros hacia el sur, donde se evacuaron domicilios en Dunedin en torno a un “lugar de interés”. No se dieron detalles.
Gobernantes de todas partes del mundo condenaron los ataques y expresaron sus condolencias. El primer ministro paquistaní Imran Khan y otros gobernantes islámicos dijeron que los ataques eran muestras de la hostilidad creciente hacia los musulmanes.
“Yo atribuyo estos ataques crecientes a la islamofobia reinante posterior a los ataques del 11 de septiembre (en Estados Unidos) en la que se culpa colectivamente al islam y 1.300 millones de musulmanes de cualquier acto de terror por un musulmán”, tuiteó Khan.
La primera ministra neocelandesa dijo que muchos inmigrantes y refugiados “han escogido a Nueva Zelanda como su hogar, y es su hogar. Ellos somos nosotros”. En cuanto a los sospechosos, “abrigan sentimientos extremistas que no tienen cabida en Nueva Zelanda”, dijo Ardern.
El testigo Len Peneha dijo que vio a un hombre vestido de negro, la cabeza cubierta por un casco coronado por algún dispositivo, entrar a la mezquita de Al Noor y a continuación escuchó disparos y vio a la gente aterrada salir corriendo.
Peneha, vecino de la mezquita, dijo que el agresor salió, dejó caer lo que parecía ser un arma automática y huyó. Luego Peneha entró a la mezquita para ayudar.
“Vi muertos por todas partes. Había tres en el vestíbulo, en la puerta de entrada a la mezquita y en el interior de la mezquita”, dijo.
En el video transmitido en vivo, el asesino dispara ráfagas a los feligreses aterrados durante más de dos minutos. Luego sale y dispara a la gente en la acera. Se escuchan gritos de niños mientras regresa a su auto a buscar otro fusil. Vuelve a la mezquita donde hay al menos una veintena de personas tendidas en el suelo.
Vuelve a salir, le dispara a una mujer y sube a su auto en el que suena a todo volumen la canción “Fire” de la banda británica de rock The Crazy World of Arthur Brown. El cantante vocifera “¡soy el dios del fuego infernal!” y el asesino parte.
El segundo ataque tuvo lugar en la mezquita de Linwood, a unos cinco kilómetros del primero.
Mark Nichols dijo al diario New Zealand Herald que escuchó cinco disparos y un feligrés respondió con un fusil o escopeta.
De acuerdo con el video, el asesino pasó 10 minutos en la primera mezquita y después llegó la policía.
El video muestra que portaba una escopeta y dos fusiles automáticos de asalto con un cargador adicional sujeto con cinta a una de las armas para recargarla rápidamente. Tenía otras armas de asalto y aparentemente algunos explosivos en la cajuela de su auto.
El agresor dijo que no era miembro de organización alguna, actuó por su cuenta y eligió Nueva Zelanda para demostrar que ni siquiera los países más remotos del mundo están libres de la “inmigración masiva”.
El año pasado, la primera ministra Ardern dijo que elevaría la cuota anual de refugiados de 1.000 a 1.500 en 2020 porque “es lo correcto”.
Christchurch, con 400.000 habitantes, es conocida como la Ciudad Jardín. Estaba en tareas de reconstrucción desde que un terremoto en 2011 mató a 185 personas y derribó varios edificios céntricos.
Antes de los ataques del viernes, la matanza más grande de la historia moderna del país tuvo lugar en 1990 en el poblado de Aramoana, donde un hombre mató a 13 personas después de una riña con un vecino.-AP