Dos muertos en jornada para intentar meter ayuda a Venezuela

La operación para intentar introducir ayuda humanitaria a Venezuela se encontró el sábado con la resistencia de la Guardia Nacional y la Policía Nacional, que se enfrentó con manifestantes en las inmediaciones de las fronteras con Brasil y Colombia en una jornada que ha dejado al menos dos fallecidos y 18 heridos.

Mientras los cuerpos de seguridad mantenían una fuerte presencia en prácticamente todos los cruces fronterizos, el presidente Nicolás Maduro anunció desde Caracas que rompía relaciones diplomáticas con Colombia, que ha sido uno de los países que ha promovido la entrega de ayuda humanitaria y cuyo gobierno ha reconocido como mandatario interino al líder opositor Juan Guaidó.

Además de los enfrentamientos, el inicio de la jornada se vio marcada por las deserciones de algunos militares y policías -al menos una docena hasta ahora- que desconocieron a Maduro y dieron su apoyo a Guaidó y sus intentos de introducir ayuda humanitaria.

La oposición venezolana, encabezada por el autodeclarado presidente interino Juan Guaidó, movilizó desde temprano camiones con alimentos y medicinas en algunos puntos fronterizos, y aunque hubo unos primeros reportes de que se había logrado introducir algunos cargamentos por Brasil, los vehículos se quedaron en los puntos limítrofes.

Por la tarde, dos camiones que habían entrado a territorio venezolano en la frontera con Colombia fueron incendiados -según algunos testigos por guardias nacionales- y la gente tuvo que movilizarse para intentar rescatar las cajas con la ayuda humanitaria.

Los enfrentamientos comenzaron temprano en la localidad venezolana de Ureña, fronteriza con la ciudad colombiana de Cúcuta, cuando los militares de la Guardia Nacional lanzaron gases lacrimógenos contra la gente que intentaba llegar al puente fronterizo. Médicos en el lugar reportaron un par de docenas de heridos, pero ningún fallecido.

Más tarde, sin embargo, se registraron otros enfrentamientos en la localidad suroriental de Santa Elena de Uarién, cercana a la frontera con Brasil, donde una médico dijo a The Associated Press que dos manifestantes fallecieron y otros 18 resultaron heridos.

En Caracas, tras una marcha de sus seguidores, el presidente Maduro dijo que se le agotó la paciencia y decidió romper relaciones con Colombia ante lo que consideró continuas agresiones del gobierno del presidente Iván Duque y su intromisión en asuntos internos.

“No puedo seguir soportando, no podemos seguir soportando que se preste el territorio de Colombia para una agresión contra Venezuela, por eso he decidido romper todas las relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno fascista de Colombia”, dijo.

Maduro dio un plazo de 24 horas para que los diplomáticos colombianos abandonen Venezuela.

Con excepción de la atención consular y el trato a nivel de encargados de negocios, Bogotá congeló sus relaciones con Caracas desde mediados del 2018.

La operación de la oposición comenzó con Guaidó dando la salida a los primeros camiones con ayuda desde una bodega en la ciudad colombiana de Cúcuta para que se dirigieran a la frontera venezolana.

En la localidad venezolana de Ureña, los manifestantes incendiaron un camión y al menos dos decenas de personas resultaron lesionadas, la mayoría por disparos de balas de goma, dijo a The Associated Press Carolis Medina, una médico anestesiólogo de 33 años, mientras atendía a uno de los lesionados en una clínica privada.

Maduro ha dicho que el intento de meter la ayuda humanitaria es un pretexto para una intervención militar extranjera.

Entre aplausos y al grito de “¡Sí se puede!”, cientos de manifestantes vestidos con camisetas blancas y portando banderas venezolanas y pequeñas pancartas, intentaron avanzar la mañana del sábado hacia el puente internacional Francisco de Paula Santander, que comunica Ureña con la colombiana de Cúcuta, pero fueron repelidos por cientos de guardias nacionales que sin mediar palabras comenzaron a lanzarles varias andanadas de gases lacrimógenos para dispersarlos.

La acción de las fuerzas de seguridad se dio luego que cinco guardias nacionales, que formaban parte del contingente de militares que bloqueaban la frontera, desertaron y se entregaron a las autoridades colombianas.

Entre los desertores estaba el mayor del Ejército, Hugo Parra Martínez, que anunció ante una multitud su respaldo a Guaidó.

Con barreras de metal, colocadas en medio de la vía, los militares cerraron el paso en las calles aledañas a los puentes mientras cientos de ellos se apostaron en las cercanías de los pasos fronterizos.

Al grito de “traidores” y “vende patria”, decenas de transeúntes, que acostumbran pasar a diario desde Ureña hasta Cúcuta, increparon a los guardias nacionales por bloquearles el paso.

En San Antonio del Táchira, la mayor localidad fronteriza del lado venezolano, también se dieron expresiones de malestar entre los habitantes por el cierre de las vías.

“Ojalá que acabaran de venir los gringos de una vez”, afirmó José Alberto Jiménez, un vendedor de café y cigarrillos que trabaja en la frontera, al quejarse de la acción de los militares venezolanos y la profunda crisis que azota al país suramericano. “Nosotros estamos huyendo de Venezuela para sobrevivir”, agregó.

El momento crítico tanto para el gobierno de Venezuela como para la oposición se produce exactamente un mes después de que el legislador de 35 años Juan Guaidó se declaró presidente interino bajo la constitución delante de miles de partidarios jubilosos. Aunque ha ganado respaldo popular y ha sido reconocido por 50 naciones, no ha sellado el respaldo de las fuerzas armadas, cuya lealtad es considerada crucial para derrocar a Maduro.

Líderes internacionales, incluyendo el secretario general de la ONU Antonio Guterres han llamado a ambas partes a evitar la violencia cuando la oposición trate de cruzar con la ayuda alimentaria y de medicinas puentes que las autoridades venezolanas cerraron el viernes por la noche. En previas olas de disturbios, ciudadanos han sido atacados con gas lacrimógeno e incluso matado durante protestas.-AP

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