Lo que comenzó en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde el presidente Juan Orlando Hernández, de traje y corbata, pidió a la comunidad internacional que pague un precio justo por el café, continúo en la comunidad de Las Delicias, El Paraíso, con camisa arremangada, mientras dialogaba con los productores de la zona.
Allí, el presidente Hernández se comprometió que continuará con esa cruzada para que los productores reciban un precio justo por el café.
Durante el encuentro, el mandatario hondureño, de quien se sabe que es “cafetero”, aceptó la invitación de una familia de productores a tomar sopa de gallina.
Hernández quedó impresionado al descubrir que los productores de esta pequeña comunidad estuvieron pendientes de su discurso en la ONU.
“Cumplí promesa de visitar a don Óscar Ramírez, ganador de la Taza de la Excelencia, y productores de Las Delicias, Danlí, después de instalar la electricidad en su comunidad; estos productores han sido duramente golpeados y me sorprendió que hayan escuchado mis palabras en la ONU”, escribió Hernández posteriormente en sus redes sociales.
Y agregó que “Me agradecieron por el apoyo y nos comprometimos a apoyarlos con esta campaña desde Honduras para el mundo, que busca el respeto al esfuerzo de los productores y un trato justo con los precios”.
En su discurso en la ONU, y luego de preguntarles a los mandatarios de los países del mundo “¿Cuántos de ustedes se toman un taza de café en la mañana o durante el día?”, Hernández les señaló que “Saben que hay una altísima posibilidad de que ustedes, sin saberlo, sean partícipes de una enorme injusticia, siendo ustedes, nosotros, los promotores de los objetivos de desarrollo sostenible, no deben hacer oídos sordos ante ese hecho generador de pobreza extrema”.
Por ejemplo, una taza de café en esta ciudad de Nueva York en promedio puede costar 5 dólares. 500 centavos de dólar. ¿Saben ustedes cuánto reciben nuestros pequeños productores de café en mi país después de trabajar arduamente, bajo sol y lluvia, recolectando a mano cada uno de los granos de café? –prosiguió diciendo.
Hernández les reveló que los productores no reciben ni tan siquiera dos centavos, dos centavos por cada taza de café que cuesta 5 dólares, que son 500 centavos y apenas ellos reciben 2 centavos.
El discurso fue aplaudido, a lo que el presidente hondureño contestó: “Sé que los que aplaudieron reconocen que es una injusticia y eso no puede ser, no podemos cerrar nuestros ojos ni dejar de escuchar ni dejar de permitir que en nuestra conciencia algo se revuelva y despertemos, porque para eso estamos aquí”.
Pero las altas personalidades en el foro de la ONU no eran las únicas que escuchaban el discurso de Hernández, pues a miles de kilómetros de distancia, en las profundidades de las montañas hondureñas, los productores los escuchaban atentamente.
Yo les pregunto –dijo Hernández-: ¿es coherente dejar de atender la crisis que viven millones de pequeños productores de café? Solo en mi país son aproximadamente 90,000, en América suman más de 14 millones de productores y en el mundo 25 millones de familias productoras y otros tantos millones de manera indirecta dependen de este rubro.
En ese sentido, Hernández les prometió a los productores de Las Delicias que lo que sucedió en la ONU no se quedará solo en discurso, pues realizará una cruzada internacional para contar la injusticia que se comete con millones de familias del mundo que viven del café.
En la mesa, con los platos de sopa de gallina, el presidente reiteró sus palabras en Nueva York: “Mientras las Naciones Unidas toman cartas en el asunto, porque me voy convencido que van a tomar cartas en el asunto, hago un llamado a todos los presidentes de países productores de café y a los propios productores de café a organizarnos, porque está a la vista que nadie vela por los intereses del sufrido productor de café en el mundo”.