La Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) presentó este lunes el informe “Análisis de la Estructuración, Contratación y Ejecución del Contrato de Concesión del Corredor Turístico de Honduras”, el cual señala una serie de irregularidades entre las que incluye trato preferencial a la empresa concesionaria, así como opacidad y negligencia de las instituciones del Estado a cargo de la gestión de los proyectos en la modalidad Alianza Público-Privada (APP).
El informe señala que sobre el sector infraestructura en general y sobre la Comisión para la Promoción de la Alianza Público-Privada (COALIANZA) en particular, han existido una serie de denuncias en torno a la falta de transparencia en la gestión, la poca cultura en la rendición de cuentas, la obstrucción al acceso a la información pública y la supuesta comisión de actos ilícitos en la estructuración, contratación y ejecución del contrato de las concesiones y contratos que adjudica.
Un caso emblemático que apunta el documento se relaciona con la opacidad y negligencia con la que actúa el Estado en la estructuración, contratación y ejecución del contrato de concesiones de obras de infraestructura atinente al Corredor Turístico de Honduras, que ha puesto al desnudo la falta de transparencia e irresponsabilidad de las instituciones encargadas –de acuerdo a su mandato- de gestionar este tipo de contratos, tal es el caso de la COALIANZA, la Superintendencia de Alianza Público Privada (SAPP), la Secretaría de Infraestructura y Servicios Públicos (Insep) y la Secretaría de Finanzas (Sefin).
La concesión del Corredor Turístico de Honduras que abarca de El Progreso a Tela y tramos de San Pedro Sula a El Progreso y La Barca a El Progreso, se adjudicó sin estudios previos, lo que provocó el encarecimiento del mismo, según menciona el análisis realizado por ASJ.
El informe pormenoriza que se autorizó el inicio de la concesión sin estudios técnicos y financieros pertinentes, adjudicándolo a la empresa que ofrecía más obras adicionales sin importar el costo de las mismas, lo que evitó proyectar fehacientemente los beneficios y perjuicios en contra las partes involucradas, tal es el caso del Estado, empresas privadas, bancos y población beneficiarias, lo que provocó por ejemplo que el costo del proyecto aumentara hasta tres veces su valor referencial inicial. Y es que los pliegos de licitación reportan un costo original de USD 98.2 millones; sin embargo, con las obras adicionales el monto contratado ascendió a USD 162.5 millones según COALIANZA y a USD 268.9 de acuerdo a la SAPP.
Del mismo modo, la obra no ha podido ser concluida a pesar que según el contrato original suscrito el 14 de diciembre de 2012, debió finalizar el 3 de abril de 2017. Dicha obra se ha ejecutado en apenas un 26.38%, según informe de la SAPP del mes de julio de 2018, lo que representa una inversión de USD 42.8 millones. No obstante, existe una negociación de pago de la empresa concesionaria y los financiadores por USD 110 millones adicionales a los USD 23 millones ya pagados, es decir, un total de USD 133 millones, especifica el reporte redactado por la ASJ.
Asimismo, denuncia el trato preferencial e indulgente que el Estado ha otorgado a la empresa concesionaria Autopistas del Atlántico, S.A. (ADASA) y que incluye: aumentos a los ingresos garantizados para pagar la construcción de las obras, concesión de ampliaciones de plazos de
nueve a 27 meses y que el mismo Estado asumiera el compromiso de pago de deuda a los bancos para que ADASA obtuviera financiamiento.
La organización no gubernamental, que representa a Transparencia Internacional (TI) en Honduras, señala que el Estado se abstuvo de proceder en contra de la empresa concesionaria a pesar de existir suficientes causales a la terminación anticipada del contrato por incumplimiento del mismo. Desde el concurso, la empresa concesionaria evidencia incumplimientos a no declarar que era socia de sus competidores en otros países y al presentar oferta sin contar con los estudios soportes para las proyecciones de ingresos, entre otras, cita el estudio que se hizo público en un hotel capitalino ante la presencia de representantes de la sociedad civil, cooperación internacional, empresarios, funcionarios públicos y medios de comunicación.
También subraya que los bancos privados y organismos multilaterales que financiaron el proyecto tienen responsabilidad al haber avalado la ejecución de una iniciativa que no contaba con estudios serios y contundentes de viabilidad, rentabilidad e impacto en población beneficiaria, mostrando que solamente les interesaba el negocio y la inversión a realizar. Destaca la inadecuada actuación del Banco Mundial (BM), que tiene como misión trabajar “para reducir la pobreza y generar prosperidad compartida en los países en desarrollo”, y del cual se esperaría no apoyar proyectos que vayan en detrimento de los Estados y la población.
Finalmente, la ASJ urge a las autoridades del Estado a tomar medidas urgentes respecto a la forma en la que la COALIANZA estructura, contrata y ejecuta contratos de concesión en el país.