«El diálogo es una gran oportunidad para demostrar cuánto queremos a Honduras; es el momento de sacar lo bueno de cada uno de nosotros, pedirle a Dios que nos acompañe, que trabajemos incansablemente, que nos abracemos todos y que en una sola voluntad como generación le aportemos el máximo de esfuerzo, para que heredemos un país ejemplo para Centroamérica y para el mundo”.
Lo anterior fue expresado hoy por el presidente Juan Orlando Hernández en el marco de la izada del pabellón nacional, en el Día de la Bandera, que marca el inicio de las celebraciones del cumpleaños 197 de la Patria.
Al acto, que se llevó a cabo en Casa Presidencial, asistieron también la primera dama, Ana García de Hernández; el Gabinete de Gobierno y el cuerpo diplomático acreditado en el país, entre otras autoridades y personalidades.
En la caldera y en el yunque
“Hoy damos inicio a las festividades del 197° aniversario de Independencia y lo hacemos con alegría, con optimismo, porque este gran momento que hoy vive Honduras y la región no sólo tenemos que disfrutarlo, sino que aprovecharlo”, dijo el mandatario.
“No ha sido fácil el camino -prosiguió-; nos ha tocado sortear toda clase de obstáculos, pero los hondureños y los centroamericanos siempre hemos demostrado que henos forjado nuestro carácter y nuestra determinación en la caldera y sobre el yunque”.
Agregó que “la vida misma nos ha enseñado a martillazos, uno tras otro, hasta hacernos más fuertes, más valientes y con más coraje. Honduras y los demás países de la región sabemos lo que eso significa, porque en el reciente pasado vivimos sometidos a los nuevos enemigos de la independencia de los pueblos”.
“Enemigos que quizá hoy son más poderosos: narcotráfico, las redes criminales transnacionales, las maras y pandillas que hoy no conocen fronteras, los delitos cibernéticos, la trata de seres humanos, son monstruos de mil cabezas a los que nos hemos venido enfrentando y lo seguiremos haciendo”, añadió.
Hernández recalcó además que “hemos tenido que unirnos para ser más fuertes e invencibles; hemos tenido que exigir a otros países su responsabilidad compartida, aunque diferenciada, en un problema que a nosotros nos dejó violencia y muerte”.
Principios que perduran
“Han pasado 197 años -recordó- desde que nuestros próceres trabajaron incansablemente por heredarnos una nación con libertad, independencia y soberanía”.
El presidente Hernández apuntó que “ellos sacrificaron sus vidas por una Honduras y una Centroamérica justa y linda, con oportunidades para todos, y es por esos mismos principios de
libertad y justicia que nosotros estamos trabajando, sin descansar un solo minuto para que Honduras tenga paz, trabajo y prosperidad.”.
El gobernante aseguró que “queremos una Honduras en donde cada uno de sus hijos pueda cumplir sus sueños, que no tenga que ir a ningún otro lugar del mundo para hacerlo, donde cada hondureño pueda criar a sus hijos con seguridad, con una vida digna, con salud y educación que le permitan alcanzar sus altos derroteros”.
“En este nuevo Gobierno tenemos una nueva hoja de ruta con metas de corto, mediano y largo plazo, y queremos anotar victorias tempranas en seguridad; vamos a ir a paso a paso, poco a poco, recuperando aquellos barrios, colonias, aldeas y caseríos que aún quedan como reductos de bandas criminales y de maras y pandillas”, sentenció.
Prosiguió diciendo que “atrás deberá quedar ese momento tan traumático, cuando al Estado se le sustituyó por parte de estos grupos criminales. Se acaba esa fiesta que tanto daño le ha hecho al pueblo hondureño”.
Prohibido olvidar
En ese sentido, el mandatario enfatizó cómo en sólo cuatro años se lograron bajar los índices delictivos en más de un 50 por ciento, aunque reconoció que “hace falta mucho”.
Asimismo, destacó que no se pueden olvidar las causas por las que el país llegó a convertirse en el país más violento del mundo.
“Nunca olvidemos que hace 12 años teníamos apenas 37 muertes por cada 100.000 habitantes, pero a partir del año 2006 se comenzó a descuidar la seguridad y en cuatro años esa violencia se había duplicado, lo que nos llevó tristemente a que nos calificaran como el país más violento del mundo”, rememoró.
El mandatario también resaltó los avances que el país ha tenido en los últimos años en rubros como el turismo, el cual hoy representa casi el siete por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país y con un potencial para generar 250,000 nuevos empleos.
“Hoy vemos cómo cada fin de semana los hondureños salen a disfrutar de su país y a generar una nueva economía que está creciendo”, resaltó el titular del Poder Ejecutivo.
De igual manera destacó los avances que hoy tienen los sectores productivos del país, como el café, en el cual Honduras es el quinto productor mundial, el tercero de América y el ´primero de Centroamérica.
También destacó la nueva era de transformación que ha iniciado en el país para los sectores de la Salud y la Educación.
Potencia económica continental
«Noten ustedes, hermanos centroamericanos, que en toda celebración nosotros los hondureños siempre hablamos de Centroamérica. Por eso hemos comenzado esa Unión Aduanera con El Salvador y Guatemala y ya tenemos buenas noticias de Nicaragua y Costa Rica; eso nos va a convertir en una potencia económica en Latinoamérica», afirmó.
“Esta es la Honduras y Centroamérica que estamos construyendo; esta es nuestra tierra y es aquí en donde debemos alcanzar nuestros sueños. Estamos avanzando como nunca antes y no vamos a retroceder porque a nuestros hijos les queremos heredar una Honduras en libertad, digna, con justicia y oportunidades para todos”, puntualizó.
«Hoy es oportuno reflexionar lo que cada uno de nosotros está dispuesto a hacer por su Patria, aborreciendo el odio y construyendo la paz”, concluyó el presidente Hernández.