Un hombre armado con un cuchillo fue abatido la mañana del lunes cuando ingresó para atacar en una comisaría en la población española de Cornellá de Llobregat (Cataluña, noreste), un hecho tratado por la policía como un «ataque terrorista».
«Es un atentado, hay una agresión clara contra la vida de un policía, el individuo pronunciaba consignas de ‘Alá'(…). Son indicios como mínimo para tratar la investigación de los hechos en este momento como un acto terrorista», indicó en rueda de prensa Rafel Comes, comisario superior de la policía regional catalana, los Mossos d’Esquadra.
El agresor, un argelino de 29 años según fuentes antiterroristas, accedió a la comisaría alrededor de las 05H45 locales (03H45 GMT) después de haber llamado al interfono.
Al entrar, se abalanzó con «una voluntad claramente homicida» contra una agente que disparó contra él «a fin de salvar su propia vida», afirmó el comisario.
Estos hechos ocurren después que Cataluña conmemorara el viernes el primer aniversario de los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils que dejaron 16 muertos.
Aunque preventivamente aumentaron las medidas de seguridad en las comisarías catalanas, el responsable regional de Interior, Miquel Buch, aseguró que consideraban el ataque como un «hecho aislado».
Por su parte, el ministerio del Interior anunció que mantenía la alerta terrorista en el nivel 4 de 5, vigente desde 2015.
La investigación fue asumida por la Audiencia Nacional de Madrid, encargada de los asuntos de terrorismo, que declaró el secreto de las actuaciones.
– Ni armas ni explosivos –
La comisaría de Cornellá de Llobregat, un municipio de clase obrera de 86.000 habitantes al sur de Barcelona, fue rápidamente acordonada después del ataque.
Cuatro horas después, dos operarios de una funeraria retiraban el cadáver del atacante en una camilla y cubierta con mantas blancas.
El hombre vivía a un centenar de metros de la comisaría. Durante casi ocho horas, los agentes registraron su domicilio pero no hallaron ni armas ni explosivos, señaló Comes.
Tampoco hallaron indicios sobre una posible radicalización, dijo el comisario, aunque señaló que todavía deben analizar abundante material informático incautado en la casa, situada en un humilde bloque de ladrillo.
Una vecina, Conchi García, contó que el hombre llegó hace unos dos años a vivir con su pareja, una española crecida en el barrio con dos niñas de una relación anterior.
«Fue extraño que la chica, poco tiempo después de que viniese él, se pusiese el velo», señaló a la AFPTV.
– Cataluña, zona de riesgo –
Las autoridades de la lucha antiterrorista y expertos en el tema suelen ubicar en Cataluña un foco principal del yihadismo en España.
En un estudio de 2016, el Real Instituto Elcano situaba Cataluña como «el primer escenario de la movilización promovida en España por Estado Islámico» y aseguraba que la mayoría de detenciones de presuntos yihadistas eran en esta región.
El primer detenido en España por extremismo islamista, un miembro del Grupo Islámico Armado de Argelia, fue descubierto en Cataluña en 1995.
Y Mohammed Atta, uno de los pilotos que hizo chocar un avión comercial contra las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001, había pasado un tiempo en Cataluña poco antes de los ataques.
Estos temores se confirmaron la tarde del 17 de agosto de 2017 cuando un vehículo conducido por un joven marroquí atropelló indiscriminadamente transeúntes en las Ramblas, la arteria emblemática de Barcelona.
Horas después, cinco cómplices mataban una mujer en otro atentado en la villa costera de Cambrils (120 km al suroeste), en el que atropellaron y acuchillaron a varios transeúntes.
Antes de ese doble atentado reivindicado por el grupo Estado Islámico, España había sufrido el atentado yihadista más mortífero de la Unión Europea el 11 de marzo de 2004, cuando varias bombas colocadas en trenes de cercanías de Madrid causaron 191 víctimas mortales.-AFP