Miles de manifestantes furiosos con la política migratoria de Estados Unidos marcharon este sábado por todo el país para protestar por las separaciones de familias en la frontera, realizadas bajo la línea dura impuesta por Donald Trump.
La manifestación «Families Belong Together» (Las familias deben estar juntas) en Washington comenzó en un parque frente a la Casa Blanca, donde se congregaron multitudes antes de marchar hacia el Capitolio, sede del Congreso.
En Nueva York, familias, jóvenes, niños y ancianos -tanto recién llegados como ciudadanos de larga data- marcharon bajo un sol abrasador como parte de una protesta que, según un agente de policía, reunía a «un par de miles» de personas.
«Suprimir el ICE», rezaba otro letrero, reflejando los crecientes pedidos de activistas de eliminar la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas.
Boston, Chicago, Portland y Los Ángeles también tuvieron multitudes de manifestantes, con la participación de artistas como Alicia Keys y Lin-Manuel Miranda en Washington o John Legend en Los Ángeles, así como legisladores demócratas.
Un medio centenar de personas también marchó en Ciudad Juárez, en el lado mexicano de la frontera, y la circulación fue momentáneamente interrumpida en el cruce fronterizo de El Paso, en el lado estadounidense.
Trump ha hecho de la lucha contra la inmigración, tanto ilegal como legal, una de las principales prioridades de su agenda.
En un intento por detener el flujo de decenas de miles de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos, a principios de mayo ordenó el arresto de adultos que ingresen al país ilegalmente, incluidos aquellos que solicitan asilo.
Muchos de los que intentan cruzar la frontera entre Estados Unidos y México son personas pobres que huyen de la violencia de las pandillas y otros problemas en América Central.
Como resultado de la represión ordenada por Trump, cientos de niños fueron separados de sus familias y, de acuerdo con imágenes ampliamente difundidas, mantenidos en recintos enrejados, en una práctica que provocó la indignación nacional y mundial.
La semana pasada, Trump anuló su orden de separación de familias migrantes, pero cerca de 2.000 niños de más de 2.300 esperaban hasta el viernes ser reagrupados con sus padres, y expertos dicen que el proceso será largo y caótico.
Un juez federal ordenó 30 días al gobierno para la reagrupación, y dos semanas cuando los menores tienen menos de cinco años.
La lentitud del proceso y el anuncio del gobierno Trump que las familias enteras serían a partir de ahora detenidas, sin excepción por la presencia de menores, provocan la ira de la oposición demócrata y el malestar de algunos republicanos.
Varias altas figuras demócratas piden desde hace semanas el desmantelamiento de ICE, incluyendo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, y la senadora por Nueva York Kirsten Gillibrand, quien llamó a esta oficina «una cruel fuerza de deportación».
Pero esta agencia, creada en 2003 y encargada de interpelar a los indocumentados con vista a su expulsión, cuenta con el apoyo de Trump.
«Los demócratas están haciendo un gran esfuerzo para suprimir ICE, uno de los grupos de hombres y mujeres más inteligentes, más duros y con más espíritu de la ley que he visto. He visto a la ICE liberar ciudades de la toma de (la pandilla) MS-13 y limpiar las situaciones más difíciles. ¡Son geniales!», escribió el sábado temprano.