Se trata del empresario ceibeño, Ronald Joel Carrión Salabarría, de 37 años de edad, quien fue sentenciado a nueve años a prisión por un juez federal del distrito sur de la Florida.
Carrión Salabarría se declaró culpable hace algunos meses de conspirar para ingresar al menos cinco kilogramos de cocaína a territorio estadounidense.
Él se entregó voluntariamente a la justicia. Su mayor delito fue presentar personas a narcotraficantes y conseguir equipo satelital.
El hondureño es originario de La Ceiba, Atlántida, fue un testigo clave durante el juicio de su compatriota Sergio Neftalí Mejía.
En ese caso, Carrión compareció ante los jueces y señaló que él se encargaba de conseguir y vender algunos equipos de comunicación satelital, que eran utilizados por César Gastellum, un mexicano cabecilla del Cartel de Sinaloa y mano derecha de los narcotraficantes Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada.
La cercanía con estos personajes hizo que él se introdujera al mundo del narcotráfico y el lavado de dinero. En una deposición ante los jueces, Carrión reveló que “serví como una especie de minibanco para los narcotraficantes.
Ellos me darían dinero y luego lo devolvía como pagos por cualquier cosa que necesitarían para los empleados o el pago de tarjetas de crédito”.
Dijo que hizo trato con un guatemalteco de nombre Julio Danilo López para importar 360 kilogramos de cocaína desde Colombia. “En esa ocasión yo era un inversor. Invertí alrededor de 130,000 dólares, pero el cargamento fue confiscado en Costa Rica.
Eso fue en 2014″, aseguró. Él llegó a un acuerdo de culpabilidad y otro de colaboración con la justicia de Estados Unidos.
“Lo cierto es que soy consciente de que el hecho de presentar personas sería el mismo cargo. Pero en ese momento yo mismo estaba ciego y me estaba mintiendo a mí mismo, pensando que estaba lejos de eso, pero de hecho estaba cometiendo un crimen”.