“El que llama a la violencia, no está dentro del proceso democrático ni de profundización de la democracia en Honduras, porque el diálogo es el instrumento fundamental”, cuestionó en las últimas horas el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), mediante un comunicado.
El comunicado señala que el pueblo hondureño, en su totalidad, necesita vivir en un ambiente de paz, de diálogo, de construcción del proceso democratizador. Todos los liderazgos políticos tienen la responsabilidad imperativa de dialogar en función del bien común.
“El que llama a la violencia, no está dentro del proceso democrático ni de profundización de la democracia en Honduras, porque el diálogo es el instrumento fundamental, apartarse de él es apartarse de la democracia. La obstrucción al diálogo y a una solución pacífica, que garantice la seguridad humana y el impulso al desarrollo sostenible hondureño, no es admisible en una democracia”, cuestiona el Conadeh.
Apunta que si cada uno de los liderazgos tiene su postura o reivindicación, que la presente en la mesa del diálogo, pero que no se olvide que el acceso y el ejercicio del poder constituye solamente un medio para realizar todo aquello que asegure el bienestar de toda la población, sin discriminación.
El poder público no debe ser instrumento de lucha para que un sector tenga bienestar y el otro tenga pobreza y viva en la discriminación, es una lucha por el bienestar de todos los habitantes, señala el escrito.
Subraya que el Conadeh solo reclama el cumplimiento y el sometimiento de todo responsable político a los lineamientos de un Estado democrático y social de derecho que debe imperar y ser la orientación de un proceso real de democratización. El resto está al margen de ese Estado de derecho.
En ese sentido, considera que el diálogo en democracia, es una actitud constante, porque es una responsabilidad cívica, ineludible, exigible, de vida armónica y productiva para toda la población.
Ante esa situación, el Conadeh recomienda a los líderes políticos, respetar, sin discriminación alguna, la dignidad humana y la unidad de los hombres y mujeres que integran todo el pueblo hondureño y que cumplan con el imperativo democrático de posibilitar la efectividad del respeto de los derechos y libertades de cada persona, en sus relaciones con las demás.
Asimismo, aplicar el principio constitucional de “integración nacional”, que significa la participación de todos los sectores en la estabilidad política, la paz social y la administración pública, en forma tal, que se garantice, cada vez más, que todas las estructuras del Estado asegurarán la efectividad de la protección y respeto de la dignidad humana y del proceso de democratización real de Honduras.
También pide al pueblo hondureño, evidenciar su participación más activa en el ejercicio de sus derechos políticos, en su derecho de participar, directa o indirectamente, en los asuntos públicos
del Estado, porque si los líderes políticos no responden a la expectativa de paz y bienestar, se tiene que buscar nuevos liderazgos.
Reitera que para salir de la inestabilidad política y de la conflictividad social, el camino cierto es el del diálogo fraternal, solidario y conducente a resultados que, entre otros aspectos esenciales, promuevan la justicia social; desarraiguen las causas o condiciones que atan, a la mayoría de la población hondureña, a la pobreza y el desempleo; fomenten el desarrollo sostenible y la seguridad humana nacional y local; e impulsen la paz interna e internacional.-Proceso.hn