Para la actriz y cantante mexicana Daniela Romo, enfrentar una batalla contra el cáncer de mama le valió su «mejor papel», el cual la convirtió en una guerrera a la que no le importó perder su cabellera para tener la mejor recompensa: una nueva vida.
«Fue una experiencia que ha sido difícil pero ha sido feliz, ha sido aleccionadora y hermosa. Fue un camino arduo, difícil, doloroso y ahora sí que éste fue el papel de mi vida», dijo Romo en una rueda de prensa sobre su salud realizada en el Teatro de los Insurgentes.
La artista, de 52 años, identificada por muchos no sólo por canciones que incluyen «Yo no te pidola Luna» y «Adelante corazón», sino también por su larguísima melena, apareció con la cabeza rapada luego de más de seis meses alejada de los medios debido a la enfermedad.
«¿Qué les parece el nuevo look?», dijo sonriente. «Para el papel más importante de tu vida no te importa cambiar de look. Además me pagaron más que a Demi Moore y que a todas esas que ganan 20 millones de dólares: me pagaron con otro pedazo de vida».
Cargada de la actitud positiva que mantuvo durante el tratamiento en el que perdió también sus pestañas y cejas, aseguró que nunca pensó «en tirar la toalla», a pesar de las afecciones que le provocó.
«Tienes que aprender a comer con los ojos, a ver la comida y acordarte que sabía rico y tienes que comer aunque no tengas ganas, porque te sabe como si te hubieras metido un clavo medio oxidado», describió Romo, quien también explicó que ha perdido la sensibilidad en los dedos de la mano por las terapias.
Romo dijo que con la enfermedad conoció la verdadera democracia, «a través del dolor. Cuando volteas y ves a un montón de seres humanos, ricos, pobres, de una posición o de ninguna, todos nos ponemos la batita (médica) y entramos a hacer lo mismo».
Romo se alejó de los reflectores en noviembre de 2011 cuando le fue extirpado un tumor del seno izquierdo. En diciembre inició un tratamiento que incluyó 12 sesiones de quimioterapia y 30 de radioterapia.
Por ello, hizo un llamado para que mujeres y hombres se examinen con regularidad para detectar un cáncer a tiempo, pues, en su caso, y por carga laboral, aplazó siete meses la revisión a la que se sometía anualmente.
«No tengo ninguna prisa. El pasado es una referencia, el futuro no existe, existe el hoy», aseguró, al tiempo que celebró pues «aquí yo no perdí nada, aquí yo he ganado todo: He ganado la vida».